El rendimiento del bono español a 10 años alcanzó este jueves un nuevo récord desde la creación de la zona euro, al rozar el 7%, al día siguiente de la rebaja de la nota española en tres peldaños por la agencia Moody’s que la deja al borde del bono basura.

Hacia las 11:00, el rendimiento español era de 6,967%, contra 6,721% el miércoles al cierre, en el mercado donde se intercambia la deuda ya emitida.

A largo plazo, este rendimiento es insostenible para la solvencia de un país.

Por otra parte, la prima de riesgo -el diferencial que paga el bono español con el alemán de referencia a 10 años – también subía y hacia las 11:00 se situaba en los 550 puntos de base, un 5,50%.

Después de Fitch, la agencia de calificación financiera Moody’s bajó el miércoles por la noche la nota de la deuda a largo plazo de España en tres escalones.

“España podría encontrarse en la misma categoría que Irlanda”, dice Patrick Jacq, estratega de BNP Paribas.

Los inversores están convencidos de que España no ha logrado superar los problemas pese a la ayuda europea a los bancos que puede llegar a los 100.000 millones de euros.

“El país permanecerá en una situación muy incómoda mientras no se conozcan los detalles del plan de ayuda”, explica Jesús Castillo, economista de Natixis.

La incertidumbre en los mercados la acrecientan las elecciones de Grecia del próximo domingo, cuyo resultado puede ser determinante para el futuro de la zona euro.

“El calendario no es simple”, dice Jacq, que se pregunta por qué “los políticos y el BCE tardan en tomar decisiones”.

El Banco Central Europeo (BCE) por el momento ha dejado de comprar deuda soberana en el mercado, lo que haría bajar las tasas, mientras que los responsables europeos se reunirán a finales de junio en Bruselas.

Los temores de los mercados se extienden a Italia, que realizó una emisión de deuda este jueves, por la que ha tenido que pagar el 6% para las emisiones de más largo plazo.

No obstante, pudo captar el objetivo máximo que eran 4.500 millones de euros.

Hacia las 12:00, las tasas de Italia subían un poco a 6,230% (contra 6,202%), después de haber superado 6,25% antes de la emisión.

Por su parte, la tasa de Alemania, cuya deuda suele obrar como valor refugio, seguía su subida a 1,501% (contra 1,487%).

La de Francia resistía e incluso se relajaba un poco a 2,723% (contra 2,726%).