El ultraderechista noruego Anders Behring Breivik aseguró este martes ante sus jueces en Oslo que si bromeó justo después de su arresto en la isla de Utoya, donde acababa de matar a decenas de jóvenes, fue para “calmar los ánimos”.

Durante el primer interrogatorio llevado a cabo en el lugar de la masacre del 22 de julio de 2011, Breivik, quien primero se negó a que le fotografiaran, posó luego en ropa interior “un poco como si fuera un culturista”, explicó el mes pasado Oerjan Tombre, el policía que le interrogó.

“Me habían ordenado que me sacara la ropa (…). Tensé un poco los músculos en ese momento, para calmar los ánimos”, dijo este extremista de derecha durante la jornada número 35 del juicio contra él.

“Intenté ser divertido pero no fui divertido. En esto tengo que hacer autocrítica”, añadió.

El 22 de julio de 2011 Breivik abrió fuego contra jóvenes militantes laboristas reunidos en una universidad de verano en Utoya y mató a 69 personas, en su mayoría adolescentes. Poco antes había puesto una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo que dejó ocho muertos.