Con el fin de asegurar su radical reforma del sistema de salud, el presidente de Estados Unidos Barack Obama mantuvo una inusual y estrecha colaboración con la industria farmacéutica, señalan documentos divulgados por la oposición republicana.

Los republicanos en la cámara de Representantes pusieron al descubierto correos electrónicos y otros documentos que muestran cómo la administración de Obama coordinó 150 millones de dólares de campaña publicitaria en favor de la reforma con importantes empresas farmacéuticas.

Casi 70 millones de dólares fueron gastados a través de dos Super PA -comités de acción política- organizados en parte por funcionarios de la Casa Blanca, incluyendo a Jim Messina, ex jefe de despacho de la presidencia que conduce actualmente la campaña en favor de su reeleccón de Obama en los comicios de noviembre próximo.

Notas divulgadas el viernes desde el comité de Energía y Comercio de la cámara revelan los estrechos lazos existentes entre la administración de Obama y la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, también conocida como PhRMA.

La difusión de esos documentos se produce en momentos en que la Suprema Corte de Justicia estudia reclamos de inconstitucionalidad contra la reforma de la salud promulgada por Obama y a menos de cinco meses de las elecciones del 6 de noviembre.

La ley sanitaria de 2010 es considerada la principal reforma realizada por el gobierno demócrata, pero los opositores republicanos estiman que otorga poderes excesivos al Estado al obligar a los ciudadanos a contratar un seguro de salud.

Asesores demócratas que trabajaron junto al gobierno en la reforma sanitaria pidieron a los representantes de la industria farmacéutica mantener reuniones para “discutir nuestra campaña publicitaria”, según se consigna en un correo electrónico dirigido a Pharma en junio de 2009 Ron Pollack, director ejecutivo de Families USA, un grupo de defensa de los consumidores de los servicios de salud.

Ese mensaje figura entre los documentos compilados por la oposición parlamentaria republicana para demostrar la colaboración entre la industria farmacéutica y la Casa Blanca en la implementación de la reforma.

La Presidencia sostuvo, por su lado, que Obama tenía claro desde un principio que consultaría a todas las partes implicadas en el sistema, entre ellas la industria farmacéutica, con el fin de asegurar la aprobación de la reforma.

El gobierno “comprendió correctamente que la falta de voluntad para trabajar con todas las partes fue una de las razones por las cuales la reforma de la salud tardó un siglo en ser aprobada”, dijo al diario The New York Times el director de Comunicación de la casa Blanca, Dan Pfeiffer.