En toda la historia, tanto nosotros como científicos desde Arquímedes, Isaac Newton hasta Albert Einstein, tenemos destellos de imaginación cuando realizamos otra actividad. Más claro aún, encontramos la solución o idea a un problema, cuando ya no nos estamos empeñando en encontrarla.

Las razones de este fenómeno aún son desconocidas, pero un estudio, realizado por psicólogos de Universidad de California, Santa Bárbara, dirigidos por Benjamin Baird y Jonathan Schooler, sugiere que se trata de un problema más de creatividad que de inspiración, ya que se ve estimulada gracias a los descansos o realización de actividades donde la mente puede vagar con libertad.

Para la realización de esta investigación, Baird y Schooler pidieron a 145 estudiantes univerisitarios que enlistaran, en un lapso de dos minutos, todos los usos que le podían otorgar a útiles cotidianos como perros de ropa, mondadientes y ladrillos.

Luego, los estudiantes se repartieron en 4 grupos para realizar en cada uno de ellos una actividad diferente en 12 minutos. Uno de los grupos descansó; otros, tuvieron que desarrollar un complejo ejercicio de memorización que requería un alto grado de atención; mientras algunos, desarrollaban una actividad de reacción inmediata y poco demandante –que fomentaba el vagabundeo de la mente- y el resto, simplemente no descansó.

Finalmente, tuvieron que volver a repetir un ejercicio parecido al primero de ellos, atribuyendo usos a utensilios cotidianos.

En cuanto a esto, se pudo concluir que aquellos estudiantes que habían realizado actividades poco demandantes, resolvieron en un 41% mejor el problema presentado. Al contrario del resto, que no presentó cambios en las respuestas.

Tal como lo indicó el sitio científico Nature.com, el trabajo será próximamente publicado en la revista “Psychological Science”.

“Hemos descubierto que el rápido movimiento del ojo al dormir, concede creatividad. Eso permite que la mente, al vagar, haga lo mismo. Es realmente fascinante”, indicó Sara Mednick, psicóloga de la Universidad de California, Riverside.

Por su parte, Baird sostiene que los resultos de este estudio son válidos sólo para aquellas situaciones en donde la mente se ha afanado anteriormente con un problema específico. Es decir, aún no puede concluirse que el vagabundeo mental incremente por sí la creatividad para resolver problemáticas.