El capitán de la selección holandesa en la Eurocopa-2012, Mark Van Bommel, afirmó en una entrevista este viernes al diario holandés De Telegraaf que hubo racismo durante un entrenamiento del equipo en Polonia y que los jugadores escucharon “gritos de mono”.

“Todos pudimos escuchar esos gritos de mono (durante un entrenamiento público en Cracovia), es algo que no se puede aceptar. Hemos reaccionado bien y el asunto se recondujo”, afirmó, en alusión a la decisión del seleccionador Bert Van Marwijk de desplazar al equipo al otro extremo del terreno de juego para alejarse del foco de conflicto.

“Durante el torneo, si uno solo de nosotros tiene que escuchar esos gritos, iremos inmediatamente al encuentro del árbitro para pedirle que intervenga”, añadió el centrocampista del Milan.

Imitar sonidos simiescos, reproducir gritos de mono o arrojar bananas forman parte de los gestos racistas más habituales en los campos de fútbol, especialmente cuando un jugador negro está con el balón.

La Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) confirmó el jueves que hubo protestas en el entrenamiento de la Oranje, pero desmintió que se tratara de un acto racista, sino que era críticas hacia el propio organismo por no haber incluido a Cracovia entre las sedes del torneo.

Este viernes, la UEFA señaló que había sido informada formalmente del incidente, pero que Holanda no había presentado una denuncia oficial.

Los organizadores locales apuntaron que se trataba de un incidente aislado y que no era justo generalizar por el comportamiento ejemplar de miles de aficionados.

La Naranja Mecánica llegó el martes a Polonia para disputar el campeonato europeo de fútbol y su estreno está previsto para el sábado, contra Dinamarca en Járkov (Ucrania).

Durante el calentamiento en la práctica del juegos, un pequeño grupo de los 25.000 espectadores asistentes a la sesión habían dedicado “gritos de mono” contra los jugadores negros del equipo neerlandés, según De Telegraaf.

Un periodista de la radio holandesa RNW había insistido el jueves especialmente en que sí fue un caso de racismo, pero que fue rápidamente abortado cuando intervinieron los responsables del estadio.

El resto de la práctica transcurrió con normalidad y la mayoría de espectadores polacos, muchos de ellos vestidos con la camiseta naranja de la selección, animaron a los jugadores en un clima festivo.

La BBC había emitido a finales de mayo un programa en el que se abordaba el tema del racismo y se incluían declaraciones del excapitán de la selección inglesa Sol Campbell, que denunció el racismo de los aficionados en Polonia y Ucrania.

“No vi esa emisión de ‘Panorama’ (el programa de la BBC), pero si tenemos en cuenta lo que está pasando en el mundo, en general, y en Europa, en particular, veremos que cada vez hay más nacionalismo y que eso se nota en los partidos (de fútbol), pero señalar a Polonia y Ucrania es demasiado fácil”, afirmó el presidente de la UEFA, Michel Platini, el miércoles en una rueda de prensa.

“Muchos países se enfrentan a ello, Francia, Estados Unidos o Inglaterra también”, añadió Platini.

Este viernes se presentó una campaña anti-discriminación (“Respeta la diversidad, el fútbol unido”), en la que Ruud Gullit, uno de los jugadores más legendarios del fútbol holandés, habló sobre este tema.

“Es triste que esto haya pasado, sólo espero que haya sido un incidente aislado”, estimó.