La automotriz francesa Renault comenzó el jueves a suspender por turnos a personal de su fábrica en Argentina, en el marco de una política de regulación de stock, acumulado por la baja de exportaciones, en particular a Brasil, dijo a la AFP una fuente empresarial.

“Hacemos un proceso de regulación de stock que es una práctica habitual de la empresa. Hoy, jueves, se suspende el turno tarde, y este viernes y el próximo se suspenden los dos turnos en la línea de montaje”, explicó la fuente que pidió anonimato.

La fuente admitió que “existe una chance importante que a fines de junio hayan tres días más de suspensiones”.

Por un acuerdo entre la empresa y el sindicato del sector, SMATA, los trabajadores cobrarán un 75% de su sueldo en los días de suspensión.

La suspensión de personal se lleva a cabo en la planta fabril que Renault tiene en Santa Isabel, en la provincia de Córdoba, 700 km al norte de Buenos Aires, donde unas 1.800 personas trabajan en la línea de montaje.

“La acumulación de stock se debe a un cúmulo de situaciones, en parte a la caída de las exportaciones, principalmente a Brasil”, afirmó la fuente.

En Brasil se registró una caída de 4,8% en las ventas de autos entre enero y mayo este año comparado con igual período de 2011, según Anfavea, la asociación de fabricantes de ese país.

Alrededor de un 70% de la producción de Renault Argentina se exporta y su principal cliente es Brasil, que recibe el 80% del total de sus ventas externas.

Las exportaciones argentinas de automóviles y utilitarios cayeron de 191.000 unidades entre enero y mayo de 2011 a casi 141.000 en igual lapso de este año.

Con 36.389 vehículos fabricados en el primer cuatrimestre de 2012, Renault representa el 17% de la producción automotriz local, detrás de General Motors y PSA Peugeot-Citroën Argentina, según la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa).

La fuente empresarial aseguró que en el mercado local “hay una estimación que las ventas podrían aumentar respecto del año pasado” y negó que el freno a la producción se deba a las trabas a las importaciones impuestas por el gobierno de Cristina Fernández.