La vía regular de subsidios Serviu está abierta para los habitantes del campamento “La Tranquilidad” de Concepción. Esa fue la respuesta de la autoridad para la situación de 17 familias que viven al costado de una oreja del puente Llacolén, en una toma de terrenos previa al terremoto, donde hoy se construye el Mall Mirador Bío-Bío.

Los habitantes de este campamento son pocos pero organizados. 17 familias por catastro propio de su comité, y en consenso con la autoridad, que por medio del Serviu, informó que allí, en un paño que pertenece a ese organismo, vive efectivamente esa cantidad de familias.

El Serviu sabe que de ellas, una tiene asignada un subsidio de adquisición de vivienda construida y está a la espera de la entrega. Mientras que otra familia, ya figura en el registro con una propiedad, por lo tanto no tendría derecho a postulación social alguna.

“El resto de las familias no tiene una solución asignada” según indican desde comunicaciones del Serviu. Más aún, agrega que “ninguna de estas familias pertenecen al catastro de campamentos”.

De esta definición surgen dudas respecto a quién efectúa el catastro, que claramente no vio que allí, en la costanera por donde pasan a diario miles de penquistas, existe este asentamiento precario e histórico.

Pero el Serviu no accedió a entrevistas. Sí lo hizo Mireya Soto, la presidenta del comité que insistió necesitan salir del lugar con ayuda, por lo que claman por un poco de orientación de la autoridad.

Mireya Soto dice haber postulado 3 veces a un subsidio, pero supera los puntajes pese a no poseer mayores bienes que una vivienda emplazada allí, en un terreno sin urbanización alguna, y que previo a la construcción del mall, era un sitio eriazo.

Y allí seguirán, pues soluciones no tienen, no están contemplados para los gobernantes nacionales, regionales, locales ni sectoriales, o tal vez, hasta que los privados consideren contraproducente su presencia allí en el nuevo símbolo de la modernidad penquista en manos del grupo Plaza.