Ya están dos de los 4 semifinalistas del campeonato Abierto de Francia por el lado de los Caballeros y dos semifinalistas entre las damas. Este fue un martes de lluvia intermitente, baja temperatura y cielos amenazantes.

Los mismos cielos que casi se les vienen encima como una tromba tanto a Novak Djokovic (número 1 del mundo) como al suizo Roger Federer (3). Ambos salieron de difíciles situaciones en sus encuentros de cuartos de final.

“Nole” quien vive momentos complicados en la cancha porque se ha desinflado respecto al gran campeón del año pasado, desinflado en lo mental y no en lo físico, salvo 4 pelotas de partido, 4 match points, contra el local Jo Wilfried Tsongá y en un extenso encuentro de 3 hs y 14 minutos le ganó al francés por 61, 57, 57, 76 y 61 y espera este viernes su partido ante Roger Federer, reedición, se espera, del gran match que brindaron en el court central también por las semifinales del año pasado y con victoria del suizo.

Federer tampoco las tuvo consigo. El argentino Juan Martín del Potro estaba en carrera para ganarle por tercera vez en 14 partidos (once victorias para Roger) le llevaba dos sets de ventaja, los iniciales pero luego se derrumbó (no lo explicó en la posterior conferencia con la prensa argentina) y finalmente la enorme jerarquía de Federer en una cancha pesada y con las pelotas más gruesas por la humedad que absorbía polvo de ladrillo, le terminó entregando una gran victoria por 36 67 62 60 y 63 en 3 horas y 17 minutos de juego…

Ambos triunfos entregan además una lectura: el número 1 y 3 del mundo siguen estando, más allá de los sufrimientos de ambos, un escalón por encima de sus rivales. El 2, Rafael Nadal, y sobre arcilla, ni hablar. Más que un escalón les lleva a los que están del puesto número 4 para abajo una escalera de diferencia. El tenis masculino se está pareciendo a la liga española de fútbol: Djokovic, y Nadal, son el Barcelona, Federer el Real Madrid por entregarles un simbólico status.

Ellos pelean por todos los títulos grandes; los demás, juegan otro campeonato. Djokovic malhumorado, con muchos sets perdidos en el camino en este abierto francés, se las arregló por su jerarquía de campeón para dar vuelta un partido que Tsongá en el cuarto set tenía en el bolsillo (4 match points a su favor). Le faltó eso que se llama “clase” para cerrar la historia.

Del Potro arrancó como pura sangre en un Gran Premio. Se llevó a Federer por delante. Pero se mancó en el tercer y cuarto set, cuando más necesitaba de jerarquía para cerrar un duelo en el que incluso, hizo gritar de impotencia al suizo, algo pocas veces visto. Pero Roger se enojó a partir del tercer set, le pegó más justo y más a tiempo a la pelota, del Potro no se creyó el cuento y mientras se miraba una y otra vez la rodilla izquierda vendada, argumento al que recurrió siempre que se vio en desventaja en otros partidos, Federer lo pasaba por arriba.

Ahora queda por verse como se las arreglarán Rafael Nadal ante su compatriota Nicolás Almagro y David Ferrer ante el británico Andy Murray. Todo hace presumir que, salvo una honrosa excepción, el viernes se enfrenten Nadal y Ferrer por un lado y los ya mencionados Djokovic y Federer por el otro. Los paridos hay que jugarlos, es cierto, pero por ahora los tres grandes son más grandes que los otros. Y sobre todo, en este tipo de certámenes…