El síndrome de la nariz blanca que acabó estos últimos años con millones de murciélagos en Estados Unidos y Canadá se extendió ahora al murciélago gris, que se encuentra en la lista de especies protegidas, advirtieron las autoridades estadounidenses este martes.

La enfermedad, producida por el hongo Geomyces destructans que comenzó a atacar a colonias de murciélagos en 2006 en el estado de Nueva York, fue identificada en varios murciélagos grises en el estado de Tennessee (sudeste). Aunque no hay todavía signos de que haya acabado con ninguna de las criaturas protegidas, según afirmó el servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos.

“Incluso cuando no hay ninguna muerte de murciélago gris que pueda asociarse al síndrome, la confirmación del hecho de que esta especie pueda verse afectada por la enfermedad es causa de preocupación”, escribió la agencia en un comunicado.

Desde su aparición la enfermedad ha acabado con 6,7 millones de murciélagos en 16 estados de Estados Unidos y cuatro provincias canadienses, según los expertos.

Los animales que sufren el síndrome de nariz blanca, -que recibe su nombre del polvo blanco que deja el hongo en la nariz de los murciélagos afectados-, presentan comportamientos erráticos, como volar en el exterior durante el día o los meses de invierno, lo que reduce sus posibilidades de sobrevivir al frío y al gastar sus energías acumuladas provoca su muerte prematura.

Los murciélagos grises fueron declarados especie protegida en 1976.

“No sabemos lo que este diagnóstico puede significar para los murciélagos grises y la propagación de la enfermedad”, afirma Jeremy Coleman, coordinador nacional de la agencia estadounidense.

“Diferentes especies de murciélagos reaccionan de forma distinta al síndrome, y sólo el tiempo y las investigaciones nos revelarán cómo reaccionan los murciélagos grises”, apuntó.

La mayoría de los murciélagos habita en pequeñas cuevas en el sudeste de Estados Unidos, lo que los hace especialmente vulnerables a peligros como enfermedades o a la presencia humana.

Los murciélagos son valiosos como pesticidas naturales porque se alimentan de una gran cantidad de insectos. Su pérdida genera preocupación entre granjeros y biólogos.