Ya logró 150 victorias en torneos del Gran Slam, 46 en esta que es su casa, París. O mejor dicho Roland Garrós. Habrá imaginado aquel heroico piloto de avión de guerra francés, fallecido en el último día de la Primera Guerra Mundial que un poco menos de 100 después, un joven español de 25 años (cumplirá 26 el próximo 3 de junio en pleno torneo, casi un superhombre en canchas de arcilla), buscaría un séptimo título en el Bois de Boulogne, superando todos los records y con tiempo por delante para seguir ganando el certamen por unas cuantas veces más.

Porque eso parece Rafa Nadal en su patio trasero, el court central, el Philippe Chatrier. El pobre Simone Bolelli, posible rival de Chile en el match de Copa Davis de septiembre en Nápoles fue apenas un compañero de cancha, un partner que permitió una práctica pagada (18.000 euros cobra el perdedor de primera ronda en el Abierto de Francia).

Nadal confesó además que “esta superficie está un pelín (como le gusta decir a él) más rápida que otros años, ya que aquí ha hecho mucho calor y ha habido días de mucho sol. Por lo tanto está más seca y la pelota corre más…Personalmente, es lo que prefiero”.

El manacorí aparece como segundo del ránking mundial pero está más que claro que es el máximo favorito para abrazarse con el título. Dejó atrás las penurias de Madrid, levantó el trofeo en Roma, ciudad en la que derrotó en la final al actual número 1 del mundo Novak Djokovic al que ya había vencido en Montecarlo. Dos victorias consecutivas ante quien en 2011 y principios de 2012 (le ganó la final del Abierto de Australia) se había convertido en una pesadilla para su tenis y su ego.

“Estoy enfocado en este torneo, no quiero hablar de lo que sucedió en Madrid, ya pasó. Y tampoco acerca de Wimbledon o de los Juegos Olímpicos. Mi misión ahora está aquí”, señaló el hispano.

Aunque el Rafa no lo dice y sale prolijamente del atolladero en el que lo quieren meter con preguntas relacionadas con records, los números están ahí y deben ser respetados: ha perdido un solo partido en canchas lentas en 2012.

El encargado de producir la noticia deportiva de esa semana fue su compatriota Fernando Verdasco, en los octavos de final del Master 1000 de Madrid. Torneo que para Nadal fue una tortura por el famoso tema de la superficie azul y que le ocasionó, casi, una ruptura con su otra leyenda del tenis mundial y español como Manolo Santana, director de ese certamen.

Como lo dijo Nadal, él dio vuelta la hoja…pero es una declaración” pour la galerie” apelando a una frase hecha francesa ya que estamos en Roland Garrós.

Se sabe en París, ciudad a la que llegó una semana antes como es su costumbre para tomarle la mano al clima, las canchas y pelotas, que Rafa sostuvo una reunión de 30 minutos con el dueño del certamen de la capital española, el rumano Ion Tiriac. ¿Las pases? No del todo. Pero sí un acercamiento para lograr que al año 2012 Madrid vuelva a la superficie “normal”: arcilla colorada, o naranja, según se prefiera…

Mientras seguimos hojeando su hoja de vida tenística y nos encontramos con que está a 5 títulos de igualar la marca de Thomas Muster en cuanto a trofeos de canchas lentas (el austríaco logró 40). Y apenas a 10 del máximo referente de la historia en esa especialidad, el argentino Guillermo Vilas quien ha logrado 45 coronas.

¿Quien puede dudar que Rafael Nadal puede lograr desplazar a Muster en este mismo Abierto de Francia y que le quedan todos los torneos de canchas de clay de la próxima temporada para también dejar atrás los campeonatos del zurdo argentino?. Hoy por hoy aquí en la capital del máximo torneo de arcilla del mundo, Nadal, como en las carreras de caballos, paga dos pesos…Y que enfrentará a uno de sus máximos enemigos en la final. Porque Novak Djokovic actual número 1 del mundo y que busca su segundo torneo grande del año después de Australia y Roger Federer tercer favorito y que desea conseguir su corona número 17, deberían enfrentarse, salvo una hecatombe mediante, en las semifinales de Roland Garrós…