Ad portas al discurso presidencial del 21 de mayo, la Fundación Ciudadano Inteligente me ofreció en su portal deldichoalhecho.cl una evaluación del gobierno en base al cumplimiento de las promesas realizadas en discursos anteriores.

Resulta interesante, aprovechando ese estudio, hacer un análisis en cuanto al progreso en medio ambiente.

El resultado que alcanzamos en ese balance es equilibrado: Si bien, podemos ver que en general hay un avance, hay elementos claves que se quedaron atrás. Ello hace que la nota en este “ramo” baje, a pesar de que mirada en comparación con otras áreas evaluadas, medio ambiente muestra un rendimiento positivo. Por ello el cumplimiento de las promesas presidenciales aquí nos deja un sabor de dulce y agraz.

Vamos viendo. Primero, debemos subrayar, el esfuerzo que ha hecho el Ministerio del Medio Ambiente por apurar el tranco en la implementación de los Tribunales Ambientales. Si esta pieza clave de la institucionalidad está por cumplir todas las aprobaciones a que debe ser sometida, ello se debe principalmente al arduo trabajo de esa cartera: de saber llegar a acuerdos y de poner inteligencia y templanza a la discusión del proyecto en el Congreso.

Destacable es también la aprobación de la Ley de Cierre de Faenas Mineras, que era una omisión imposible en un país minero como Chile. En la otra orilla, en la de los proyectos más rezagados, está el proyecto de Ley del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, donde un buen proceso de participación ciudadana se truncó con el envío de un proyecto que no se entendía por gran parte de los actores involucrados. Creemos que ahí está una de las causas de su lento trámite legislativo.

Las mayores deudas a nuestro juicio son primero la falta de proyectos respecto a las promesas relativas de impulso a las energías limpias y renovables, pese al anuncio de los lineamientos de lo que será la Estrategia Nacional de Energía (ENE).
El tema energético es clave y la ausencia de proyectos de Ley, condimentado por los cinco ministros que han pasado por esa cartera, hablan de que no se valora lo estratégico e importante del tema.

Discusión aparte es la otra promesa sin cumplir: la Ley de Residuos, que se prometió en el discurso anterior y que sigue hasta donde sabemos sin ser enviada al Parlamento, y ni siquiera verse en el Consejo para la Sustentabilidad de Ministros. Esta ley en su faceta de anteproyecto también se sometió a una participación ciudadana en forma parcial y luego entendemos que se han hecho mejoras, pero que la sociedad civil simplemente no conoce.

Ello creemos no es el camino correcto, puesto que, especialmente en normativa ambiental, la participación ciudadana no sólo permite validar la propuesta de representación pública, sino que aporta conocimiento local fundamental para su buen diseño.

El ministerio ha hecho en general una muy buena tarea, instalándose a nivel nacional rápidamente, mostrándose siempre cercano y logrando instalar el tema ambiental en la agenda. No obstante, no debe equivocar la senda y para eso debe abrirse a la mayor participación posible en todos los proyectos que le toque impulsar.

Ello no sólo allana la aprobación. Los desafíos del medio ambiente nos importan a todos y todos podemos aportar en las políticas, leyes y programas que impulsen el desarrollo sustentable.

Debemos recordar que el desarrollo sustentable no es un resultado determinado, sino un proceso, y ese proceso se construye mejor con la participación de todos los ciudadanos interesados, como lo señala la Declaración de Río 1992. En ese sentido el ministerio debe saber que como sociedad civil estamos dispuestos a colaborar y a sumarnos al esfuerzo colectivo de avanzar en la agenda legislativa que permita un Chile verdaderamente sustentable.

Pablo Valenzuela es abogado de la Pontifica Universidad Católica de Chile y Máster en Derecho Ambiental de la Universidad de Nottingham, Reino Unido. Profesional con 8 años de experiencia desempeñándose en la dirección de proyectos de desarrollo en acceso a la justica, servicios legales para familias de campamentos, acceso a la vivienda y barrios sustentables y en proyectos web de incidencia pública.

Actualmente es Director Ejecutivo de Fundación Casa de la Paz, en donde es responsable de la Estrategia de Intervención de proyectos que buscan contribuir al desarrollo sustentable, basado en la participación ciudadana y el cambio cultural hacia la sostenibilidad, mediante la educación ambiental.