El volcán de Fuego “mantiene una actividad constante” por lo que las autoridades están en alerta ante cualquier incremento, mientras habitantes de varios poblados ubicados en sus alrededores y el sur de Guatemala reportan caída de ceniza del coloso.

“El volcán mantiene la actividad que se reportaba hasta anoche (viernes). Hay información de que los retumbos están bajando de intensidad, pero se mantienen los controles necesarios”, afirmó este sábado a la AFP David De León, un vocero de la estatal Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).

El funcionario precisó que el Servicio de Vulcanología reportó que las columnas de humo, producto de las explosiones volcánicas, alcanzaron hasta 2.000 metros de altura y que las cenizas pudieron dirigirse hacia el sur y sur-oeste del país.

De hecho, se registró la caída de ceniza en los poblados de Sangre de Cristo, San Pedro Yepocapa, Morela, Santa Sofía, Panamiché I y Panamiché II, así como en San Miguel Pochuta, todos en la bocacosta guatemalteca del departamento de Chimaltenango (oeste).

El volcán de Fuego, de unos 3.763 metros de altura, está ubicado a unos 60 kilómetros al suroeste de la capital y desde el viernes pasado registró flujos de lava de unos 500 metros, así como explosiones y grandes cantidades de vapor, gases y ceniza.

Ante ello, la Conred decretó una alerta naranja -previa a la roja- y recomendó a la Dirección General de Aeronáutica Civil tomar precauciones en el tráfico aéreo y evitar vuelos en las cercanías del Fuego.

El coloso está ubicado entre los departamentos de Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango.

En marzo pasado al menos 13 explosiones en el volcán de Fuego generaron columnas de ceniza gris que se levantaron hasta 500 metros de altura sobre el cráter y se desplazaron hacia el sur y suroeste del país, en un radio de aproximadamente 10 kilómetros.