La presidenta argentina, Cristina Kirchner, rechazó este viernes la denuncia de proteccionismo que la Unión Europea presentó ante la Organización Mundial de Comercio, al sostener que su país aplica aranceles inferiores a los de las naciones desarrolladas.

“Es como si hubiera un proteccionismo legal, el de los desarrollados, y un proteccionismo populista, el de los emergentes. Bueno no es así”, declaró la mandataria tras defender la política de su gobierno en un acto en la ciudad de Bariloche, 1.800 km al sur, al celebrarse el 25 de Mayo la conformación del primer gobierno patrio en 1810.

“Cuando nos hablan de licencias o proteccionismos en Argentina, economías como las de Europa, que tienen aranceles del 159% para la manteca, de 126% para la carne, cuando productores arroceros de Argentina compiten con un arancel de Japón del 450%, y nosotros tenemos un máximo de 35% que tampoco aplicamos”, ejemplificó Kirchner, sobre las medidas de los países desarrollados que consideró proteccionistas.

Criticó además que Argentina no haya aún logrador exportar sus limones y carnes a Estados Unidos, por “barreras fitosanitarias”. “Tenemos los mejores limones, con Brasil, y la mejor carne del mundo”, esgrimió.

Agregó que Argentina es “en el G20, luego de Alemania, el país con mayor libertad para invertir y comerciar, y el número 11 en el mundo en materia de libertad para invertir capitales extranjeros”.

La Unión Europea (UE) denunció el viernes a Argentina ante la OMC por las “restricciones” a las importaciones impuestas por el gobierno, que provocan un “daño real” a la economía europea, e invitó a otros países a unirse en esta cruzada.

Kirchner dedicó a las críticas de la Unión Europea la última parte de un discurso de cerca de una hora en el que reivindicó haber “devuelto a los argentinos la Patria que le habían arrebatado”, durante su gobierno y el de su antecesor y esposo, el fallecido exmandatario Néstor Kirchner (2003-2007).

La jefa de Estado instó a los argentinos “a estar unidos en este momento en que el mundo se desmorona”. El gobierno lleva adelante una política “que protege a nuestro trabajo, nuestros empresarios, nuestra economía”, añadió.

“La noción de Patria es también la defensa de nuestros intereses”, insistió y volvió a agradecer a la oposición que acompañó mayoritariamente la expropiación del 51% de las acciones de la petrolera YPF, todas ellas del grupo español Repsol que hasta abril detentaba el 57,4% del total.

La expropiación, sobre la que aún no se ha dirimido el pago de indemnizaciones, generó fuerte rechazo en Europa, y entre organismos financieros internacionales como el FMI y el Banco Mundial.

Kirchner aseguró que “el problema no está entre las economías de producción, sino en la economía global donde maneja lo financiero” y lamentó que “todavía no se ha logrado convencer a los líderes del mundo que las políticas de ajuste sólo traen miseria, hambre, dolor y cambios políticos impredecibles”.

Argentina adoptó medidas que le permiten regular el flujo de importaciones, cuando el país vio reducirse en 2011 su superávit fiscal, su principal fuente de divisas, toda vez que tiene serias restricciones para acceder a los mercados de capital tras el default sobre su deuda en 2001.

También ha adoptado medidas para controlar el flujo de divisas en el mercado de cambios local.

La UE es el segundo mercado exterior de Argentina, detrás del Mercosur, y es también el principal inversor extranjero en el país, con más del 50% del total.

Ya en marzo, 19 miembros de la OMC, incluidos todos los países de la Unión Europea, además de Estados Unidos, Japón, México y Panamá, se quejaron ante ese organismo por las restricciones que aplica Argentina a las importaciones.

Antes de encabezar el acto en el teatro La Baita de Bariloche, con presencia de ministros, gobernadores y embajadores, la presidenta participó del Tedéum en la Catedral esa ciudad patagónica por el 202 aniversario de la revolución de Mayo.

Desde 2005, el gobierno resolvió ‘federalizar’ los festejos por la fecha patria y trasladar al interior del país el Tedéum, que tradicionalmente se hacía en la Catedral Metropolitana, evitando además las homilías críticas del arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio.