El gobierno de Honduras declarará el jueves “emergencia policial” para depurar a la institución de 14.500 efectivos de miembros ligados al crimen organizado, informó una fuente oficial.

El director de la Policía Nacional, comisionado general Juan Carlos Bonilla, anunció tras reunirse con directores de medios de prensa local en la Casa Presidencial, que el Congreso aprobará el decreto la noche del jueves.

Bonilla rehusó dar detalles amparándose en “la discrecionalidad”, porque “el decreto no lo ha aprobado el Congreso”, aunque dejó entrever que es para destituir “a los policías malos” y estimular “a los buenos con mejoras salariales y viviendas”.

“El enemigo está adentro”, dijo el presidente Porfirio Lobo en declaraciones a medios locales, en alusión al involucramiento de policías en bandas de secuestros, narcotraficantes, roba carros, sicarios y extorsionadores.

La violencia generalizada, el narcotráfico y enfrentamientos entre bandas del crimen organizado (que incluyen a policías) elevaron la tasa de homicidios a 86 por cada 100.000 habitantes en Honduras, la más alta del mundo, según cifras independientes del Comisionado Estatal de Derechos Humanos y el Observatorio contra la Violencia.

El crimen del periodista Alfredo Villatoro el 15 de mayo influyó al gobierno a impulsar cambios, como la salida el martes del jefe de la policía, comisionado Ricardo Ramírez.

El general Julián Pacheco también había sido nombrado coordinador de los organismos de inteligencia dependiente de la presidencia.

El gobierno estadounidense dio a conocer el jueves un informe anual calificando que la corrupción y la impunidad son “serios problemas” de la policía hondureña, que en 2011 cometió graves violaciones de los derechos humanos.