Los colegios electorales egipcios abrieron este jueves en la segunda y última jornada de la primera elección presidencial desde la caída de Hosni Mubarak en febrero 2011, que se definirá entre candidatos islamistas y figuras del antiguo régimen.

Al igual que el miércoles, los electores empezaron a formar filas de espera antes de la apertura de los locales de votación a las 08H00 (06H00 GMT) en un ambiente festivo.

Los resultados de la primera vuelta, que finaliza el jueves por la noche, deben ser anunciados en principio el 27 de mayo próximo.

Si ninguno de los 12 candidatos logra la mayoría absoluta, está prevista una segunda vuelta el 16 y 17 de junio.

Se estima una mayor participación que en la víspera, dado que las autoridades decretaron día libre para los funcionarios a fin de que puedan ir a votar.

En una escuela transformada en local electoral en Héliopolis, en la periferia de El Cairo, cientos de personas esperaban pacientemente para depositar su voto en la urna.

“He venido a votar la noche pasada pero había demasiada gente, entonces he vuelto hoy”, dijo Dina al Badri, de 26 años.

Más de 50 millones de electores deben elegir entre los 12 candidatos, que representan un amplio espectro político, desde islamistas, laicos, de izquierda o liberales, partidarios de la “revolución” hasta antiguos jerarcas de la era Mubarak.

Los principales pretendientes son el candidato de los Hermanos Musulmanes Mohamed Mursi; el islamista independiente Abdel Moneim Abul Futuh; el último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq; el ex ministro de Relaciones Exteriores y antiguo jefe de la Liga Árabe Amr Musa y el nacionalista árabe Hamdin Sabahi.

Las elecciones deben poner fin a un periodo de transición tumultuoso y salpicado por la violencia.

El ejército, en el poder desde la caída de Mubarak, se ha convertido en el blanco de la ira de militantes prodemocracia que lo acusan de haber mantenido la política de represión del régimen.

La prensa egipcia celebró unos comicios “libres e históricos” y aplaudió que la primera jornada se desarrollara en la calma y la “alegría” a pesar de las incertidumbres que pesan sobre el país.

“Que los egipcios hagan cola para elegir a un presidente de la República y que nadie esté de acuerdo sobre el nombre del futuro presidente, quiere decir que las cosas han cambiado”, estimó el diario independiente Al Shuruq.

El miércoles, la participación media durante la jornada aumentó al hacerse de noche y caer la temperatura. La comisión electoral no publicó cifras sobre la tasa de participación el miércoles pero el gobierno evocó en un comunicado una “gran afluencia”.

Tras décadas de elecciones ganadas de antemano por el régimen, es la primera vez que los egipcios eligen libremente a su jefe de Estado.

El resultado de las elecciones es clave para la orientación que tomará el país más poblado del mundo árabe, con unos 82 millones de habitantes, dividido entre la tentación islamista y la de una normalización encarnada paradojicamente por personalidades de la era Mubarak.