Italia desató el lunes una verdadera caza al desconocido, “un blanco, de edad madura, experto en electrónica”, que activó el sábado la bomba frente a una escuela de Brindisi, en el sur de la península, causando la muerte de una adolescente.

Toda la prensa italiana publica este lunes en primera página la imagen de “asesino de Brindisi”, la persona que apretó el botón de la bomba hacia las 07H45 (05H45 GMT), cuando los alumnos entraban en el liceo profesional Morvillo-Falcone.

La policía dispone de un video del atentado contra la escuela, que mató en el acto a Melissa Bassi, de 16 años, y dejó gravemente herida a una compañera de la misma edad.

Otras cuatro chicas se encuentran hospitalizadas y han sido operadas por las graves quemaduras sufridas en todo el cuerpo.

Según la imagen difundida por la prensa, se trata un hombre de entre 50 y 55 años, un tipo occidental, chaqueta azul, camisa blanca abierta, sin corbata, pantalones claros, zapatillas deportivas, cabellos peinados hacia atrás y algo blancos.

El presunto autor aparece claramente gracias a nuevas técnicas aplicadas a las grabaciones de las cámaras de vigilancia instaladas cerca del liceo, en las que se capta a un hombre “adulto” mientras se dispone a hacer explotar la bomba.

Según el diario La Stampa, tradicionalmente muy bien informado, se investiga a un “ex militar”, con conocimientos en electrónica.

En las imágenes descritas, a las que tuvo acceso la prensa, se ve al criminal que acciona el mando y se aleja. Inclusive llega a parapetarse detrás de un kiosko para evitar los fragmentos de la explosión.

El hombre activa el dispositivo instantes antes del paso de las chicas, por lo que se descarta que el objetivo fuera alguien en particular.

“Son imágenes terribles”, comentó el domingo el fiscal de Brindisi, Marco Dinapoli, quien precisó que “no se trata de un extranjero”.

El móvil del atentado, que hubiera podido ser una masacre si la bomba estalla pocos minutos más tarde, a la hora exacta de la entrada masiva de estudiantes, es un misterio.

“Podría ser el gesto de un persona en guerra con el mundo, o con problemas psicológicos”, aseguró el domingo el fiscal, tras reconocer que de todos modos “todas las pistas siguen abiertas”.

El atentado, realizado con un artefacto casero compuesto de tres bombonas de gas conectadas entre ellas, no ha sido reivindicado.

Para los magistrados que indagan el caso, el autor o los autores tenían la voluntad de “provocar una masacre”.

Algunos elementos, como el nombre de la escuela, dedicada a la esposa del juez Giovanni Falcone, héroe de la lucha contra la mafia, quien murió con él en un atentado hace exactamente veinte años, apuntaban a la mafia.

Pero la mayor organización criminal local, la Sacra Corona Unita, excluyó toda responsabilidad.

“No tocamos a los niños”, explicó Tonino Screti, extesorero de la organización.

Según el diario económico Il Sole 24Ore, los investigadores están convencidos de que el autor es un exoficial o suboficial de la aeronáutica.

Sin embargo, el fiscal Milto De Nozza, encargado del caso, desmintió esa información.

Los servicios secretos y la policía iniciaron una carrera contra el tiempo y según el mismo diario analizan sin cesar los ambientes conectados con la pedofilia.

“Indagan listas de personas sin precedentes pero cercanas a ese ambiente y de condenados en el pasado por relaciones con menores de edad y de edad madura”, escribe el diario.

Como gesto de confianza en sus instituciones, las clases se reanudaron el lunes en el liceo de Brindisi en un clima conmovedor.

Atónita, tras un fin de semana marcado por el terror –por el sismo que sacudió las regiones del noreste y el propio atentado–, Italia celebra en la tarde el funeral de Melissa Bassi con la presencia del primer ministro, Mario Monti, quien adelantó su regreso de Estados Unidos, donde asistía a la cumbre de la Alianza Atlántica (OTAN).