Los besos son expresiones que, dependiendo de la cultura y el contexto, tienen diversos significados. Amor, ternura, amistad, respeto, tradición o hasta traición. Los registros históricos indican que este arte viene desde la antigua Grecia, donde los griegos besaban el pecho de sus superiores, mientras que los emperadores extendían de manera delicada la mano para que los campesinos la besaran. Otras veces incluso les ofrecían la rodilla.

En el libro “La Ciencia del Beso: Lo que dicen nuestros labios” de Sheril Kirshenbaum, investigadora de la Universidad de Texas en Austin, indica que hay sospechas de que el origen del ósculo viene de una práctica milenaria que pudo haber comenzado en el olfato. Esto, ya que según algunos antropólogos, puede haber sido a través de la nariz, como una forma de reconocer a una personas y observar su estado físico mediante el olor.

Sin embargo, la autora señala que en muchas culturas la gente tradicionalmente no se besaba, hasta que hubo un encuentro con los europeos, pero hasta en estos lugares tenían conductas similares que probablemente servían para el mismo propósito. Si no se besarían, se lamerían, soplarían, chuparían, pellizcarían. Incluso, argumenta… existió en una cultura donde se mordían las pestañas cuando tenían encuentros íntimos.

Está claro que puede tener muchísimos significados, y sus orígenes aún no son descifrados, pero lo cierto es que también hay un sinfín de curiosidades sobre el beso. Del libro de Kirshenbaum es posible rescatar algunas:

Como ya lo habíamos mencionado, en la antigua Grecia, las personas del pueblo besaban la mano, el pecho o la rodilla de sus superiores.

Los reyes africanos eran más exigentes: obligaban a besar el suelo que recién habían pisado.

Los sacerdotes, en cambio, sólo se dejaban besar el pie o las vestiduras.

El beso en la boca entre hombres no es nuevo. Esto ya se usaba en la edad media, pero sólo estaba permitido entre los de una misma posición social. Si era un funcionario, entonces se besaba la mano y si era alguien más importante, era necesario agacharse y besar el suelo.

No obstante, cuando una mujer besaba a un hombre que no fuera su marido era juzgada como adúltera, y podía llegar, incluso, a ser ejecutada.

Los persas y los africanos besaban el suelo a medida que pasaban los personajes de la nobleza.

En la edad media no era extraño para nadie que las amigas y los amigos, y hasta los extraños, si tenían igual categoría social, se besaran en la boca. Pero cuando se trataba de un gran líder, había que besarle el pie.

En la actualidad, los jugadores besan los dados para atraer la suerte, y lo mismo hacen algunas personas con los boletos de la lotería.

De igual forma que los católicos besan el rosario como prueba de amor y respeto, lo hacen los judíos con sus manos y libros de oración.

Si bien el actual pontífice de la Iglesia Católica no lo hace, cuando el Papa Juan Pablo II solía salir de viaje a algún nuevo país, siempre besaba la tierra donde llegaba en prueba de amistad y humildad.

El beso que se dan los novios al final de la boda es el remanente de una vieja tradición cristiana, pero en aquella época era el sacerdote quien besaba al novio, y éste pasaba el beso a la novia.

Hace 2.000 años, para calmar una epidemia de herpes, en Roma el emperador Tiberio prohibió los besos.

Como Bonus Track podemos destacar el llamado “Beso de Judas”, es decir, aquel dado por una persona a otra a la que ha traicionado o tienes las intenciones de hacerlo. El significado hace referencia la historia bíblica que cuenta cuando Judas Iscariote delató a Jesús mediante un beso.

Existen tantos estilos diferentes de besar, todo depende de la cultura y las tradiciones. No obstante, todo se reduce al mismo propósito, es decir, estar cerca, explorar el aroma, gusto y tacto del otro. Y tú, ¿qué otros tipos de besar conoces?