El cardiólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, Ernesto Chaigneau, enfatizó que el mejor método para evitar la hipertensión arterial es mantener buenos hábitos, que significan una vida saludable, peso corporal ideal y tratar de evitar los alimentos que contengan mucha sal.

También mantener una dieta equilibrada y balanceada con un aporte de carbohidratos y proteínas aceptable y comer, sobre todo, mucha fruta y verdura.

Se deben evitar alimentos envasados y la famosa “comida chatarra”, ya que estos productos suelen exceder las cantidades de sal diarias que requiere una persona.

“Lo otro es mantener actividad física en forma permanente, porque eso ayuda a relajar la vasculatura periférica, y con eso se mantiene bien la presión arterial”, sentenció el cardiólogo.

“La hipertensión arterial es una enfermedad silenciosa que más vale prevenir. Mientras el corazón bombea sangre, ésta ejerce fuerza sobre las paredes de las arterias. Cuando esta presión es muy alta, hablamos de hipertensión, la cual puede originarse y potenciarse por una mala alimentación, alto consumo de alcohol o predisposición genética, entre otros. Al tratarse de un problema común, la información por parte de la población es esencial”, explicó el facultativo.

Datos proporcionados por el Ministerio de Salud en 2006 revelan que alrededor del 50% de los hipertensos desconoce su situación, por ende, no se tratan.

El problema ante dichas cifras, es que la hipertensión arterial puede desencadenar problemas más graves como un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, complicaciones renales o un accidente cerebrovascular. En algunos casos, esto puede culminar con la muerte de los pacientes.

La alteración del sistema circulatorio obedece a varios factores: la elevada concentración de sal en el cuerpo por una mala dieta, el estado de los vasos sanguíneos, desequilibrio del sistema renal y nervioso (por problemas de estrés), origen étnico (donde la población afroamericana lidera la lista de hipertensos), e incluso el nivel hormonal.

No se ha descubierto la cura de la hipertensión esencial, por lo que el tratamiento se enfoca en la prevención de las complicaciones a través de la mejora y estabilización de la salud del afectado, es decir, la disminución de peso, cambios alimenticios, reducción en ingerir sal o de bebidas alcohólicas, entre otros cambios de hábitos de acuerdo a la particularidad de cada paciente.

La hipertensión secundaria es abordada dependiendo de su causa. Cuando se requiere de mayor ayuda, se puede utilizar una amplia variedad de fármacos, pero su consumo debe ser personalizado, por lo que el asesoramiento de un médico es fundamental.