En un momento en que Facebook alcanza un nivel de penetración cercano a la saturación en muchos países occidentales, Asia, una región en plena expansión, es un mercado clave en su objetivo de lograr los 1.000 millones de usuarios en todo el mundo.

Más de un cuarto de los adeptos de la red social se encuentran en Asia. India e Indonesia son el tercero y cuarto país en número de usuarios (45 y 42 millones respectivamente), por detrás de Estados Unidos y Brasil, según el portal especializado “socialbakers.com”.

En el primer semestre de este año, el número de miembros de Facebook ha crecido un 20% en India, 65% en Japón y 56% en Corea del Sur, precisa la misma página.

El continente es fundamental para las ambiciones del portal comunitario de reunir en el futuro más de 1.000 millones de usuarios activos, frente a los 900 millones de la actualidad.

“Asia es sumamente importante para Facebook. Pero todavía es más importante para su futuro”, dice Tom Crampton, responsable de las redes sociales para el gigante de la publicidad Ogilvy & Mather.

En Oriente, Facebook ha aplastado a sus competidores Friendster y MySpace.

Le bebé de Mark Zuckerberg, 28 años, ha sabido responder a las necesidades de centenares de millones de trabajadores migrantes en India, Indonesia o Filipinas, deseosos de comunicarse con sus allegados sin tener que pasar por las líneas de teléfono aleatorias y caras.

Facebook también ha sabido posicionarse como “amigo” indispensable en la vida de los asiáticos.

Se ha quitado de encima las ideas conservadoras, en particular en Indonesia, país musulmán más poblado del planeta, donde Facebook ha permitido a las parejas no casadas u homosexuales escabullirse del conservadurismo de las organizaciones islamistas.

También ha permitido a las comunidades de una misma diáspora encontrarse, pero sobre todo, ha ofrecido la posibilidad de eludir el monopolio sobre la información que hasta hace poco estaba en manos de algunos gobiernos autoritarios.

La red social ha permitido, por ejemplo, a los singapureños, que se quejaban a menudo de estar controlados por las autoridades, manifestar su descontento a antes de las elecciones que se saldaron con el fracaso estrepitoso del partido en el poder hacía medio siglo.

En el mismo registro, Facebook sirvió de vehículo a la oposición prodemocrática en Malasia, con motivo de una manifestación de decenas de miles de personas el mes pasado pero también para denunciar la represión policial de la protesta.

China ha entendido muy bien el poder de Facebook para vehicular el descontento para un gobierno autoritario. La red social está prohibida, al igual que otras redes occidentales.

Malasia y Singapur han mostrado que “Facebook y las redes sociales han jugado un papel primordial al ofrecer una plataforma en la que la población puede manifestar sus sentimientos y crear acciones simbólicas que pueden ayudar a sumar adherentes a su causa”, explica Yasir Yusuff, director de NM Incite, filial para las redes sociales de la agencia de estudios de mercado Nielsen.

En esta Asia donde el teléfono móvil es a menudo rey, el futuro de Facebook dependerá de su capacidad para aprovechar esta tendencia.

El ejemplo de Indonesia es impresionante: mientras que el rival de Facebook, Friendster, dominaba ampliamente el mercado, la empresa Mark Zuckerberg ha logrado revertir la tendencia al lanzar un aplicación hace unos años para el teléfono multifunción Blackberry, inmensamente popular en el archipiélago de 240 millones de habitantes.

“Casi de un día para otro, Indonesia ha pasado de ser un país Friendster a un país Facebook. Los teléfonos móviles son una inmensa fuente de ingresos para Facebook en Asia, todavía poco explotada”, dice Crampton.