Luis Martínez Otero, neurocientífico especialista en percepción del Instituto de Neurociencia del CSIC en Alicante, España, aseguró que las nuevas tecnologías afectan el comportamiento de nuestro cerebro.

Tal como lo consigna Yahoo.com, durante la segunda edición del encuentro Neuromagic en Isla San Simón, Martínez Otero aclaró que ciertas tecnologías tienen un notorio impacto en el funcionamiento de nuestro cerebro:

Videojuegos

Luis Martínez Otero contó que hace algunos años, el ex preparador físico del Real Madrid, Walter di Salvo, se puso en contacto con su equipo de científicos para conocer algunas técnicas que ayudaran a mejorar las habilidades de Iker Casillas y del resto de porteros del equipo merengue.

El investigador le recomendó a Iker jugar con videojuegos de acción y de guerra, en la pantalla más grande posible. Lo anterior se debe a que los videojuegos ayudan a mejorar parte global del sistema visual, que se encarga de procesar el comportamiento con el espacio y dimensiones con las que interactuamos.

Internet

Tras la aparición y masificación de Internet, el ser humano ha cambiado una de sus cualidades principales. Ya no es necesario recordar tantos datos como antes, puesto que con los motores de búsqueda, agendas virtuales y la capacidad de almacenar información, dejamos que nuestros aparatos hagan todo por nosotros.

Esto no es algo negativo, ya que los investigadores aseguran que hemos pasado de contar con una “memorización de datos” a “estrategia de búsqueda de datos”. El cerebro humano se preocupa menos de guardar datos y más de saber dónde encontrarlos.

Tecnología móvil

Se ha demostrado que en personas que usan frecuentemente celulares u otros equipos móviles, han desarrollado la zona del cerebro encargada de controlar los movimientos de los pulgares.

Luis Martínez Otero indicó que cuando movemos un brazo se activa una zona de nuestro cerebro que controla esa extremidad. Por lo tanto, el control de los pulgares se ha perfeccionado mediante el uso de estos aparatos.

Redes sociales

Finalmente, las redes sociales -terreno aún poco explorado- nos han ayudado a desenvolvernos de mejor forma con el resto del mundo, ya que la socialización ahora se puede producir de manera directa con quienes no tenemos un contacto directo.

Aunque sus beneficios a futuro no están claros, el uso de redes sociales podría ayudar a tratar enfermedades como el autismo, las cuales tienen su origen en el lugar de nuestro cerebro que maneja las relaciones sociales.