El legislador estadounidense Ron Paul, último rival de Mitt Romney en la carrera por la investidura republicana para las elecciones presidenciales, anunció el lunes que suspendía su campaña.

Paul dijo en un comunicado que “no gastará más recursos para hacer campaña en las primarias” republicanas, prefiriendo en lugar de eso acumular delegados de cara a la convención nacional del partido, aún cuando sus posibilidades de ganar son virtualmente nulas.

Paul insistió en que su equipo “seguirá trabajando en el proceso de la convención nacional” y que busca ganar delegados para “llevar un mensaje fuerte” a la convención republicana nacional en Tampa, Florida, en agosto.

Un candidato republicano necesita 1.144 delegados para ser electo.

Romney tiene unos 949, según conteos del sitio especializado RealClearPolitics, y se espera que alcance el mínimo necesario de delegados el 29 de mayo cuando gane en las primarias de Texas.

Paul reconoció que su equipo ya no disponía de los fondos necesarios para seguir haciendo campaña. “Seguir haciendo esto con alguna esperanza de tener éxito requeriría muchas decenas de millones de dólares que simplemente no tenemos”, dijo.

Los principales rivales de Romney, el conservador Rick Santorum y el ex presidente de la Cámara de Diputados Newt Gingrich, suspendieron sus campañas en abril y mayo respectivamente, dejando entonces a Paul como único opositor de Romney en las últimas dos semanas.