Las tropas sirias atacaban un pueblo en la provincia de Hama (centro) y bombardeaban el domingo la localidad de Duma, cerca de Damasco, un mes después de entrar en vigencia el alto el fuego, aceptado por el régimen y la oposición, pero continuamente violado.

Según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), con sede en Gran Bretaña, la represión y los combates entre tropas leales al régimen sirio y desertores dejaron 23 muertos el domingo en Siria.

El OSDH también indicó que “cinco civiles, incluida una mujer, murieron y otros 18 resultaron heridos, tres de ellos gravemente, por disparos de las fuerzas gubernamentales, en el asalto a la localidad de Tamanat al Ghab, en la región de Hama” (centro). La ONG añadió que el ejército incendió numerosas viviendas en el pueblo.

Al mismo tiempo, las tropas gubernamentales bombardeaban con cohetes otra localidad en la misma región.

Más al sur, un civil murió por disparos de las fuerzas gubernamentales en un retén en Dmeir, a 40 kilómetros de Damasco, en tanto que otro fue víctima de un francotirador en Duma, a 13 kilómetros de Damasco, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

También en Duma, el jefe rebelde Abu Adi pereció durante combates nocturnos contra los soldados del régimen de Bashar al Asad, según la misma fuente.

En la provincia de Deir Ezzor (este) un oficial desertor murió en la madrugada en una emboscada de las fuerzas regulares, según el OSDH.

Los Comités locales de coordinación (LCC, oposición), que animan los actos de protesta, afirmaron que estaban teniendo lugar bombardeos en Duma.

En varias localidades de la provincia de Damasco se produjeron enfrentamientos, según el OSDH.

Para el OSDH, más de 900 personas, de las cuales casi 700 civiles, perecieron en actos de violencia desde que entró en vigencia el alto el fuego, el pasado 12 de abril. En casi 14 meses, la represión y los combates han dejado más de 12.000 muertos, en gran mayoría civiles.

El régimen de Bashar al Asad afirma luchar contra “bandas terroristas” que considera responsables de los atentados que han tenido lugar en el país desde diciembre de 2011.

Varios atentados, incluyendo el que dejó el jueves 55 muertos en Damasco, han sido reivindicados por un grupúsculo que surgió al inicio de la revuelta, el Frente al Nosra.

Para Damasco, estos atentados llevan la “marca de Al Qaida”.

El coronel Riad Asaad, jefe del Ejército Sirio Libre (ESL), compuesto principalmente por desertores, afirmó al diario kuwaití Al Rai que “si es verdad que la red Al Qaida está presente en Siria, lo ha logrado con la cooperación de los servicios de inteligencia” sirios.

Por último, en el norte de Líbano, se registraron al menos tres muertos hasta este domingo, en incidentes que comenzaron la víspera entre grupos hostiles y favorables a la revuelta en la vecina Siria, afirmaron fuentes de los servicios de seguridad.