Las elecciones regionales del PPD profundizaron las divisiones al interior del partido en la región del Biobío. La disputa entre las listas, una encabezada por Carlos Vargas en contra de la continuidad en la gestión, liderada por Rodrigo Daroch, podría llegar incluso a resolverse en tribunales.

La elección comenzó con la renuncia -a horas de la elección- de dos miembros del Tricel, uno de los cuales era el presidente de la instancia, hecho que pavimentó un camino a lo menos extraño para comenzar con la jornada de sufragios.

Un proceso lento en su constitución, y más aún con hechos que podrían constituir irregularidades, como el voto de personas que no figuran en el padrón o la alerta que incluso hizo la presidenta nacional Carolina Tohá, respecto de la inscripción de personas en el PPD que sólo aparecen en elecciones internas.

La pugna apunta a dos listas, una encabezada por Carlos Vargas, consejero regional de la línea contraría a la continuidad de la directiva que actualmente encabeza el diputado Cristián Campos, y que actualmente encumbró al vicepresidente Rodrigo Daroch como el postulante a timonel.

Su padre, el dirigente nacional del PPD Bernardo Daroch, minimizó la renuncia de parte del Tricel y restó relevancia a eventuales denuncias o impugnaciones.

Andrea Aste, militante histórica del PPD y apoderada de lista de Vargas, no descartó que las elecciones lleguen a instancia superiores por supuestos vicios.

En Cabrero, existen acusaciones de votos de personas que simplemente no figuran en los padrones, casas particulares en otras comunas que actuaron como locales de votación, desorden en la puesta en marcha del proceso, y varios otros puntos que llevarían a la lista de Vargas a impugnar el proceso.

Incluso si se detectan falsificación de firmas, suplantación de identidad u otros constitutivos de delitos, no se descarta acudir con los antecedentes a la justicia.

La clave de la elección radica en los que apoyan al “Girardismo” representado en la zona por el ex alcalde de Hualpén Marcelo Rivera y sus seguidores, y por otra vereda, los que pretenden “limpiar” el partido, según lo relatan los mismos militantes.