Si revisáramos las billeteras de los chilenos, además de algunas boletas, casi ineludiblemente encontramos tarjetas de créditos o débito, de tiendas o supermercados. Es tan común que al comprar la vendedora pregunta de inmediato y sin pensar, en cuántas cuotas deseamos llevar tal o cual producto.

De hecho, ¿sabe cuántas operaciones comerciales se realizan en Chile o cuántos millones de pesos aportan esas transacciones? Según la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF), las operaciones realizadas con las famosas tarjetas alcanzaron a más de 3 mil millones de dólares (US$ 3.515 millones) sólo durante el segundo trimestre de 2011.

De acuerdo a la información de la misma SBIF, la cantidad de chilenos que tienen tarjeta de crédito con operaciones hasta diciembre de 2011 superan los 6 millones, es decir, casi la cantidad de habitantes de la Región Metropolitana.

Más aún, la cifra aumenta considerablemente si nos referimos a las tarjetas habilitadas para operar, las que bordean los 20 millones, superando con largueza la cantidad de habitantes de nuestro país, que suma poco más de 17 millones.

Tanta tarjeta en manos de muchos que no leen aquellos interminables contratos comerciales es una situación que favorece cobros relacionados -por ejemplo- a seguros que no son obligatorios y de los que pocos se percatan salvo que realicen una revisión detallada de la cuenta, algo omitido a veces por ignorancia, o porque no tienen tiempo para ello.

Lo anterior no es antojadizo. Basta comprobar la cantidad de reclamos que ha recibido el Sernac contra las tiendas del retail por cobros indebidos, cobranzas abusivas e incumplimiento de lo contratado. Sólo entre enero y mayo de este año, la institución registra más de 13 mil denuncias (13.600 para ser más precisos), lo que representa el 22% de todas las quejas que llegan a esta repartición pública.

Los principales reclamos vienen por víctimas de cobros indebidos de tiendas como Hites… donde yo misma fui afectada tras descubrir que me facturaron durante 4 meses una boleta con dos cobros que no sólo no son obligatorios, sino que jamás pedí: el de desgravamen y otro llamado “Cuenta protegida full”.

Al percatarme de esta situación me dirigí a la tienda para exigir el cese de estos cobros, algo que conseguí tras hablar con el Jefe encargado de los créditos. Pero al pedir la devolución del dinero ya cancelado, se me dijo que todo lo que podía hacer era regalarme unos cupones de descuento para compras que realizara en la misma tienda y utilizando -otra vez- la tarjeta. ¡Insólito!

¿Qué pasa con todas las personas que no revisan el detalle de su boleta y sólo se limitan a ver el total y a pagar, o que aprueban los convenios de pago automático (PAC)?

Para evitar que esta misma situación te pase, considera los siguientes consejos:

1.- Revisa el detalle de tu cuenta e identifica que ninguno de los cobros esté fuera de regla.

2.- Si aparece un cobro por concepto de seguro, y que no has cobrado, acércate a la tienda y exige que se te eliminen.

3.- Pide una compensación por los montos cobrados si es que no te devuelven el dinero.

4.- Recuerda que según estipula el Sernac, el seguro de desgravamen JAMÁS ha sido obligatorio, y que desde el 5 de marzo las tiendas y otros (como bancos) deben informar sobre los costos adicionales que cobran a sus clientes. En caso de que estos acepten, deben firmar un contrato anexo.

“Si compra algún producto asociado deberá estar en un contrato aparte y manifestar su voluntad de contratarlo mediante su firma”, estipula el organismo.

El llamado es entonces a revisar, analizar el detalle de las cuentas y a exigir respuestas y compensaciones ante cobros que no correspondan. Nadie más que tú puede reclamar y hacer respetar tus derechos.

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