La muerte de unas 5.000 aves en la costa norte de Perú se debe al calentamiento de las aguas del Pacífico, dijo este miércoles el gobierno peruano, que investiga también la muerte de casi 900 delfines en la misma zona, pero descarta que se deba a la exploración petrolera.

Expertos gubernamentales rechazaron que haya relación entre la muerte de las aves y los cetáceos, y precisaron que se trata de eventos que se producen por coincidencia en la misma región, en la costa del departamento de Lambayeque (790 km al norte de Lima) y en una parte del vecino Piura.

“Se calcula en aproximadamente 5.000 los pelícanos y piqueros muertos hasta el momento por el ingreso progresivo de aguas cálidas ecuatoriales”, dijo este miércoles en rueda de prensa Gabriel Quijandría, viceministro de Desarrollo Estratégico del Ministerio del Ambiente.

Es probable que este fenómeno “se extienda a otras zonas del litoral lo que hará que las cifras puedan incrementarse y afectar a otras especies marinas”, añadió.

Por otra parte, Quijandría señaló que aunque todavía no han concluido los análisis de los restos de los 877 delfines aparecidos muertos en el litoral norte, se descartó que la causa sea contaminación por metales pesados e infecciones bacterianas.

“Sobre la base de los ejemplares analizados no es posible asociar esta mortandad a las actividades de exploración sísmica petrolera” en el norte del país, subrayó.

La ONG Organización Científica para Conservación de Animales Acuáticos (Orca) afirmó el miércoles que la muerte de más de mil delfines entre febrero y abril en la costa norte de Perú se debe al impacto acústico producido por ondas sonoras de embarcaciones de petroleras.

“Analizamos a 30 ejemplares y hemos encontrado oídos rotos, hemorragias y burbujas de gas en sus órganos vitales”, indicó Carlos Yaipén, de Orca, tras señalar que los estudios se realizaron en Estados Unidos y Europa. “Está confirmado al 100% que los delfines murieron por un síndrome de descompresión e impacto acústico, producido por ondas sonoras”, dijo.

Quijandría dijo que el gobierno solicitó a Orca que entregue los resultados de sus exámenes a las autoridades, detallando en qué laboratorios se efectuaron los análisis para determinar su credibilidad.

Elisa Goya, bióloga del Instituto del Mar del Perú, sostuvo que la afirmación de Orca “sigue siendo una hipótesis”, a la vez que señaló que es factible encontrar “burbujas de gas” y otros tejidos en descomposición cuando se hace una necropsia a los restos de un delfín muerto.

Su posición fue respaldada por otro biólogo, Yuri Hooker, del Servicio Nacional de Áreas Protegidas, quien precisó que si la sísmica petrolera fuera causa de la mortandad de delfines habría afectado a otras especies como las ballenas, lo cual no ocurrió.

La mortandad de los animales llevó al gobierno a declarar una alerta sanitaria con recomendación a la población de no acudir a las playas donde aparecieron los restos de aves y cetáceos para evitar posibles riesgos a la salud.

Los biólogos coinciden en que el calentamiento de las aguas del Pacífico en la costa norte “se ha intensificado”, pero evitaron pronosticar que este evento pueda ser un indicio de un próximo fenómeno climático El Niño, que implica un cambio en los patrones de movimiento de las corrientes marinas en la zona intertropical.