Un enviado especial de la ONU para los derechos de los pueblos indígenas llamó a Estados Unidos a enmendar el “sentimiento de pérdida” que sufren esas comunidades estadounidenses a través de la devolución de algunos territorios tribales.

“El sentimiento de pérdida, alienación e indignidad domina a lo largo de las comunidades indígenas del país”, dijo el experto, James Anaya, en un comunicado que fue publicado el viernes.

“Es evidente que no se han implementado medidas adecuadas de reconciliación para superar las consecuencias de una historia de opresión, y que hay aún mucho que sanar”, añadió.

Esas declaraciones surgieron tras una gira de doce días en Estados Unidos en la que Anaya se reunió con líderes tribales en la capital así como en Arizona, Oklahoma (sur), Oregon, Washington (noroeste), Dakota del Sur (centro-norte) y Alaska.

Señaló la pérdida de tierras tribales como uno de los problemas centrales, y evocó las Colinas Negras de Dakota del Sur y la Sierra de San Francisco en Arizona como lugares en los que los pueblos indígenas sienten que tienen “muy poco control”.

“Garantizar los derechos de los pueblos indígenas a través de sus tierras es de vital importancia para el desarrollo socio-económico, autodeterminación e integridad cultural de las comunidades indígenas”, dijo Anaya.

“Deberían hacerse esfuerzos continuos para resolver, esclarecer y reforzar la protección de las tierras indígenas, sus recursos y sus sitios sagrados”, añadió.

Anaya hizo esa gira para constatar la manera en que Estados Unidos aplica la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que el presidente Barack Obama refrendó en diciembre de 2010.

Aunque pudo reunirse con líderes tribales en reservas y zonas urbanas, así como con funcionarios del gobierno de Obama, no fue recibido por ningún congresista estadounidense.

Anaya entregará un reporte al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, probablemente en septiembre.

El mes pasado, el Departamento de Justicia estadounidense anunció el pago de 1.000 millones a 40 tribus indígenas estadounidenses para resolver demandas por la reivindicación de sus tierras y recursos.

Estados Unidos tiene cerca de dos millones de indígenas, y muchos de ellos no alcanzan los promedios de ingresos ni salud en el país.