Además de la elección del futuro presidente, los comicios del domingo en Francia pueden cambiar el rumbo de Europa, tras una intensa campaña que hizo tambalear la política económica, migratoria y diplomática del bloque.

Si se cumplen los pronósticos de los sondeos, el candidato socialista, François Hollande, resultará ganador de las elecciones frente al presidente Nicolas Sarkozy. En ese caso, no sólo cambiará la orientación económica del país, quinta potencia mundial y segunda economía de la Eurozona, sino también la de sus socios europeos.

Fue justamente Hollande quien reavivó el fuego al anunciar que renegociará el pacto fiscal europeo de ajustes y austeridad, impulsado por Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel como parte de una alianza bautizada como el eje ‘Merkozy’, para agregarle un capítulo de apoyo al crecimiento.

El candidato socialista propone un nuevo papel del Banco Central Europeo, una tasa de transacciones financieras, que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) conceda créditos a las empresas; y crear eurobonos para financiar las infraestructuras, entre otros proyectos de estímulo al crecimiento.

“Todo esto probablemente provocará roces con Merkel ya que Hollande fue demasiado lejos”, opinó Jean-Dominique Giuliani, presidente de la Fundación Schuman, un centro de reflexión sobre la Unión Europea.

Merkel ya le respondió que el pacto fiscal “es innegociable”, aduciendo que los ajustes son la única manera de lograr el crecimiento, uno de los principales temas de la cumbre europea prevista el 28 y 29 de junio.

Y ya varios medios de prensa europeos destacaron que en los últimos días Merkel cambió de “segundón”, apuntando ahora hacia el mandatario italiano Mario Monti.

Pero si bien los planes de Hollande desencadenaron una lluvia de críticas, al punto que el semanario británico The Economist lo calificó de un “peligro” para Europa en su portada, varios analistas le agradecieron haber encendido el debate sobre el crecimiento.

“Holande puede parecer un hombre bastante inerte pero puede hacer mucho para cambiar la estructura de la Unión Europea, porque se necesita mucho más que el pacto fiscal para salvar el euro”, afirmó Brady.

Nadie puede negar la evidencia de que el rigor fiscal no basta para sacar al continente de la crisis y hasta Merkel anunció que prepara una agenda de crecimiento para que sea aprobada en la cumbre europea de junio.

Incluso este viernes Alemania declaró que “nunca ha tenido miedo de François Hollande”, según dice el portavoz del gobierno alemán Georg Streiter.

Si es elegido, François Hollande tiene la intención, de viajar “muy rápidamente” para “conocer oficialmente” a la canciller alemana, que se negó a recibirlo durante la campaña.

Sarkozy, en un intento por seducir a los votantes de la ultraderecha también levantó ampollas al exhortar a sus socios europeos a aceptar un cierre de fronteras si el flujo migratorio arrecia, revisando el acuerdo Schengen (de libre circulación de personas), en vigor desde 1995.

Sarkozy ha utilizado a su favor el consabido “más vale malo conocido que bueno por conocer”, coincidieron varios analistas, quienes a su vez garantizaron que si bien los estilos de gobernar y sus visiones son muy diferentes, tampoco habrá una “revolución” diplomática en caso de que gane uno u otro.

Hollande también anunció que, en caso de ser elegido, “las unidades francesas desplegadas en Afganistán habrán vuelto antes de finales de 2012″, mientras Sarkozy considera imposible la retirada de los soldados, unos 3.600, antes de la fecha prevista de fines de 2013.

Pero “si Hollande quiere un retiro ya en 2012, puede haber acuerdos posibles”, señala un diplomático europeo, recordando que Holanda y Canadá retiraron sus tropas en 2010 y 2011.

No hay que olvidar que el socialista Hollande tiene un gran apego a la búsqueda de consensos.

“El carácter personal de Hollande, un hombre que gusta de construir acuerdos y es reacio a ejercer una dirección agresiva, podría muy bien ser una ventaja desde el punto de vista diplomático”, dijo incluso Thomas Klaus, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).