Las imprecisiones dominaron el arranque del partido y ninguno pudo sacar un verdadero provecho de los errores adversarios. Los primeros 40′ fueron golpe por golpe y cada cual sumó con lo que tuvo. O con lo que pudo.

Según relata la Federación de Rugby de Chile en su sitio www.feruchi.cl, los Dogos de Córdoba  no se acercaron con peligro real al ingoal del Ñandú, pero sí lo hicieron con el pie de su experimentado pateador, Ramiro Pez, quien clavó tres penales. Para el local descontó Mateo Escalante y apoyó el hooker Juan Manuel Prieto, que entró pegado a un ruck y se tiró cerca de la bandera cuando la visita jugaba con uno menos por la amonestación de Marcos Lobato. Sin la conversión, el primer parcial concluyó 9-8.

Volvió la acción y volvió la inconducta en Córdoba. Porque el propio capitán, José Basile, vio la tarjeta amarilla por un golpe a un rival que el árbitro Federico Cuesta no observó pero que sancionó a instancias de su asistente.

Rosario, otra vez con ventaja numérica, se hizo fuerte a partir del scrum y logró robar algunas pelotas por esa formación, pero no pudo concretar por afuera lo que trabajó por adentro con sus delanteros. Y como no facturó, el campeón no perdonó: otro penal adentro de Pez y try de Agustín Simó, convertido, por la punta después de tapar un kick. 19-8 a los 17′ del complemento.

Cuando Córdoba ganó en tranquilidad, ganó. Los de la Docta volvieron a sumar con una conquista de Lucas Paschini y liquidaron la historia con la conversión y un posterior envío del apertura. Así, dejaron correr los minutos y el tiempo se encargó de coronar a quien fue el mejor de todos a lo largo del campeonato y ni siquiera el try de Francisco  Cuneo en el cierre pudo modificar la historia.