Una recién nacida murió después de que se le practicara la ablación (extirpación) del clítoris en un resguardo indígena del oeste de Colombia, informaron el martes las autoridades locales, que mostraron su sorpresa por este caso.

“El jueves me reportaron el fallecimiento de una niña de 15 días. En el hospital evaluaron que fue producto del sangrado que le produjo la ablación. Y el Instituto de Medicina legal lo confirmó después”, dijo a la AFP José Luis Herrera, alcalde del pueblo de Ansermanuevo (departamento de Valle del Cauca).

Herrera dijo que es el primer caso de ablación que se ha conocido en la comunidad indígena Dachi Drua Monde, perteneciente a la jurisdicción de Ansermanuevo, en la que residen aproximadamente 120 indígenas de la etnia Emberá-Chamí.

La madre del bebé, una adolescente de 16 años, al parecer le entregó su hija a una vecina para la operación.

El alcalde dijo que el caso está siendo investigado por la Fiscalía y que, por su parte, llevarán a cabo un programa social “para que, sin chocar, ir cambiando ese tipo de actividad cultural”.

“La ley debe proteger los derechos de los niños”, afirmó.

También recordó que miembros de la comunidad Emberá-Chamí se comprometieron a abandonar definitivamente esta práctica en otras zonas de Colombia, como en el departamento de Risaralda (centro), donde otra menor murió en 2007 tras una ablación del clítoris.

La mutilación genital femenina es una de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos más extendidas, con entre 100 y 130 millones de casos en todo el mundo y dos millones más de niñas en riesgo cada año, calcula Amnistía Internacional (AI).

Esta práctica está generalizada en más de 28 países africanos y en algunos de Medio Oriente, aunque también se aplica en países europeos, asiáticos y latinoamericanos, también de acuerdo con AI.