Líderes comunitarios de Los Angeles conmemoraron el domingo con un llamado a la unidad el vigésimo aniversario de los disturbios raciales de 1992, uno de los peores episodios de violencia urbana en la historia de Estados Unidos.

Pero un pequeño grupo de manifestantes afroestadounidenses aprovechó la ocasión para denigrar a la policía, al reunirse en la misma esquina del sur de Los Ángeles que estuvo en el epicentro de los disturbios de 1992, y que dejaron 53 muertos, miles de heridos y más de 1.000 millones de dólares en daños.

El caos de varios días, desencadenado por la absolución de cuatro policías que habían sido capturados en un video golpeando brutalmente al joven negro Rodney King, fue alimentado por las tensiones étnicas y las enormes disparidades económicas.

“Nos sentíamos bajo ataque”, dijo el activista comunitario Morris Griffin a unas 150 personas, en su mayoría negras, reunidas en la ahora célebre esquina de las avenidas Florence y Normandie.

Poco tiempo después, se desarrolló otra manifestación conmemorativa en la acera de enfrente, en la misma esquina, en la que representantes de la policía de Los Ángeles, así como líderes latinoamericanos, negros y coreanos, hablaban a favor de la unidad y la convivencia.

Mientras tanto, la demostración inicial se fue tornando más negativa y, en un punto, los manifestantes gritaban “que se joda la policía”, siguiendo el ritmo de una mujer que improvisó un rap en medio de su discurso, según constató una periodista de AFP en el lugar.

“En mi opinión, ellos no están siendo parte de la solución, porque todo lo que oigo de aquel lado (de la calle) es muy negativo y confrontativo”, dijo a periodistas el policía Michael Crosby, tras participar en la manifestación que promovía la unidad.

“Ya sabemos cuál es el problema, así que deberíamos hacer esfuerzos en intentar construir una comunidad mejor”, agregó.

Además, durante el día las radios locales y otros medios difundieron debates sobre las lecciones aprendidas desde los disturbios; el pastor y activista por los derechos civiles Al Sharpton pronunció un sermón y el alcalde Antonio Villaraigosa intervino en un acto conmemorativo.

Rodney King se convirtió en un símbolo de las tensiones raciales en Estados Unidos cuando un videoaficionado registró la golpiza que le dio un grupo de policías blancos, al detenerlo luego de una persecución por conducir a alta velocidad, el 3 de marzo de 1991.

El video de 10 minutos dio la vuelta al mundo y se convirtió en uno de los casos de abuso policial más mediáticos.

Cuando el 29 de abril de 1992 un jurado absolvió a los agentes, Los Ángeles estalló. Los tres primeros días la ciudad fue un caos de saqueos e incendios y al ejército le tomó otros tres días restablecer el orden.

Michel Moore, asistente en jefe de la policía, realizó una muestra de unidad junto a líderes de la Coalición Coreana Estadounidense, la Liga antidifamación, la Liga urbana de Los Ángeles y la Conferencia del liderazgo cristiano del sur, entre otras asociaciones.

“Reconocemos la tragedia del 29 de abril de 1992 y honramos la memoria de las víctimas inocentes que perdieron sus vidas”, señalaron en un comunicado común, respaldado también por la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color.