Las cuestas parecen menos empinadas cuando nos acompaña un amigo. A esta conclusión llegaron investigadores estadounidenses y británicos tras realizar un estudio con un grupo de personas.

Según señala la revista Muy Interesante, quienes suben una pendiente con un amigo la perciben menos empinada.

“Hasta la percepción visual del mundo físico cambia cuando hay un amigo cerca”, indicaron los autores de la investigación publicada en la revista Journal of Experimental Social Psychology.

Además, determinaron que es mejor curarse una herida en presencia de un amigo, ya que la percepción del dolor se reduce cuando una persona -a la que consideramos cercana- está con nosotros.