Cerca de siete millones de pájaros mueren al año en Norteamérica debido a las torres de telecomunicaciones, sobre todo las más altas, durante su migración hacia el Centroamérica y Sudamérica, según investigadores cuyo estudio es publicado este miércoles.

Estas aves son víctimas de las 84.000 torres instaladas en Estados Unidos y Canadá, de las cuales algunas alcanzan 600 metros de altura, o sea dos veces la altura de la Torre Eiffel.

“Semejante tragedia podría ser evitada”, estimó Travis Longcore, un ornitólogo de la Universidad de California del Sur (oeste), principal autor del estudio publicado en la revista estadounidense PLoS ONE (Public Library of Science).

Cuanto más grande es la torre, más representa una amenaza para los pájaros.

Los pájaros no mueren por chocar contra la torre sino por golpearse contra los numerosos cables metálicos que rodean estas estructuras para mantenerlas firmes en su lugar.

En caso de mal tiempo, las nubes obligan las aves a volar más bajo, impidiéndoles contar con elementos de navegación como las estrellas, y dejando como única referencia visual los focos rojos de estas enormes antenas.

“Los pájaros no pueden desprenderse de estas únicas lámparas rojas fijas que tienen como referencia, lo que los obliga a volar en círculos alrededor de las torres y terminan golpeándose con estos grandes cables”, explica Travis Longcore.

Agregó que las torres con luces intermitentes son por esta razón menos peligrosas para las aves.

Reemplazar luces fijas por luces intermitentes en unas 4.500 antenas de más de 150 metros podría reducir la mortalidad de las aves en 45%, es decir unas 2,5 millones de ejemplares al año.