Tras la victoria del Real Madrid el sábado en el terreno del Barcelona (1-2), parece que el técnico azulgrana, Josep Guardiola, ganador de las tres últimas Ligas, ha debido esta vez dejar paso a los merengues, a siete puntos de los catalanes a falta de cuatro jornadas.

Pese a todo, el técnico azulgrana, del que todavía no se sabe si renovará su contrato con el Barça que termina a finales de junio, ha vuelto a completar una interesante temporada, en la que, en conjunto, ha sabido siempre dar con la táctica adecuada.

Algunas de sus opciones, por ejemplo, desbloquearon partidos en los que los catalanes, obligados a ganar para seguir el intenso ritmo del Real Madrid, no lograban acertar con la portería.

Este fue el caso ante el Levante, a principios de abril, donde la entrada determinante del lateral Isaac Cuenca permitió a los azulgrana ganar (2-1) un partido que se resistía.

El sábado, frente al Real Madrid, Guardiola prefirió utilizar a Thiago Alcántara y Adriano, antes que a Fábregas en el centro y a Piqué en la defensa.

“Tengo que tomar decisiones, me pagan por eso y las tomo. A lo mejor sí me he equivocado con Cesc, no lo sé, pensé hace unos días que quería jugar así. Al perder, no tendré tanta razón”, explicó Guardiola tras el Clásico.

A priori, estas elecciones no condicionaron el partido, ya que Fábregas no se encontraba al 100% desde hace varias semanas y Piqué sigue sin ritmo desde su lesión en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones frente al Milan (3-1).

No obstante, tal vez haya un aspecto del juego que se preste a la crítica: su famosa defensa de tres. El entrenador catalán admitió que se trata de una elección que tiene algunos riesgos en caso de que caiga la concentración del equipo.

Eso fue lo que ocurrió el miércoles en la ‘Champions’ frente al Chelsea (derrota 1-0) y volvió a ocurrir frente al Real Madrid: mal posicionada en un contraataque llevado por Ozil, la tripleta Puyol-Mascherano-Adriano fue sorprendida por la arrancada de Cristiano Ronaldo que marcó el gol decisivo.

Fiel a su estilo de querer renovar año a año, por ahora no se sabe si ‘Pep’ renovará o no su contrato.

La respuesta tal vez pueda deducirse de su personalidad, ya que se le considera muy cercano a su segundo entrenador Tito Vilanova, por lo que su decisión podría depender también de la evolución del estado de su brazo derecho, operador el pasado año de un tumor en una glándula salivar.

Además, el cariño que ‘Pep’ tiene a sus jugadores parece otro argumento para que acepte un quinto año, pero el cansancio y las dudas que ha tenido podrían jugar en contra.

Pero, si hay algo de lo que no se le podrá acusar es de haber traicionado su idea de juego. “Si tenemos que morir con nuestro estilo ofensivo, lo haremos”, han repetido en varias ocasiones los azulgrana en momentos importantes. El sábado lo hicieron.

Tal vez una lección para el futuro sea que este año, el Barça, que llega muy cansado al final de la temporada, ha contado demasiado con el centro de su formación. Sin duda, habría estado bien ir a buscar un comodín en el mercado de fichajes de enero para reforzar un banquillo con menos recambios que el del Real Madrid.