Los primeros observadores internacionales, presentes en Siria desde el pasado domingo para supervisar el alto el fuego, visitaron este sábado la provincia de Homs (centro), a unas horas de la votación en el Consejo de Seguridad del envío de una misión de 300 observadores.

“Un equipo de observadores internacionales visita la provincia de Homs y se reúne con el gobernador”, informó la agencia oficial Sana, sin ofrecer otras precisiones.

Los militantes y la oposición han informado regularmente sobre bombardeos y operaciones militares en esta provincia desde que se instauró el alto el fuego el 12 de abril, de acuerdo con el plan del emisario internacional de la ONU y de la Liga Árabe, Kofi Annan, en particular en la ciudad de Homs, que no ha sido totalmente controlada por el ejército.

Una fuerte explosión se escuchó el sábado en una base aérea del ejército sirio en la periferia de Damasco, informó el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), sin dar más precisiones sobre las razones de la explosión.

“Una fuerte explosión fue escuchada en el aeropuerto militar de Mazzé en Damasco”, anunció la OSDH en un comunicado.

Militantes afirmaron a la AFP que el ejército bloqueó después la carretera que lleva al aeropuerto y que francotiradores se desplegaron en los techos de los edificios cercanos.

El militante Jaled Tellaui había indicado a la AFP antes que este sábado “han cesado los bombardeos, aunque la electricidad y las comunicaciones están cortadas en la mayoría de las regiones. Esta calma indica que una visita de los observadores internacionales a Homs puede estar cerca”.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, había instado a los observadores a que visiten “inmediatamente” Homs para que cesen los “crímenes del régimen sanguinario. Los cuerpos de los mártires están apilados en las calles del barrio de Bayada donde la destrucción es aterradora”.

Damasco firmó, después de muchas tergiversaciones, el protocolo que organiza el trabajo y en particular la libertad de movimiento de los primeros observadores que llegaron el 15 de abril, aunque hasta ahora se les había negado el acceso a Homs por “razones de seguridad”.

El régimen y la oposición se acusan mutuamente de violar a diario el alto el fuego. El viernes, la violencia dejó 46 muertos -29 civiles y 17 soldados-, según el OSDH.

En total, la violencia ha dejado al menos 11.100 muertos en 13 meses y decenas de miles de personas han sido detenidas, según la ONG.

El régimen no reconoce la revuelta popular que se ha militarizado frente a la sangrienta represión y afirma combatir a “grupos terroristas” responsables de la violencia.

Mientras que el Consejo de Seguridad se reúne para votar en principio un texto que autorice el despliegue por un periodo de tres meses de 300 observadores, el equipo de Kofi Annan “no se hace ilusiones” en cuanto a una mejoría de la situación, afirmó un diplomático occidental.

Pero hace saber que, según él, enviar a los observadores supone actuar “como un elemento de moderación sobre el comportamiento del régimen” acusado por los Occidentales de faltar a sus compromisos desde el inicio de la crisis.

De todas formas, “no hay plan B”, dice. Tomar sanciones es exponerse de nuevo al veto ruso y chino que ya bloquearon dos resoluciones.

Sobre la misión de observación, Moscú ha propuesto un texto alternativo que no prevé sanciones contra el régimen si no retira sus tanques de las ciudades, tal y como lo reclama el plan de Annan.

El embajador británico en la ONU, Mark Lyall Grant, estimó que los 15 países miembros “estaban muy cerca de un acuerdo” y su homólogo francés, Gérard Araud, dice que piensa “que habrá un acuerdo”.

La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, advirtió que “el Consejo podría autorizar ya el despliegue completo de observadores pero si no pueden desplazarse libremente no serán eficaces”.