Tres décadas después de la desaparición de un niño de seis años en Manhattan, la policía de Nueva York y el FBI proseguían el viernes las tareas de búsqueda en un sótano a pocos metros de la casa del menor, con la esperanza de resolver un caso que impactó a Estados Unidos.

La policía cerró el acceso a dos manzanas en el barrio de Soho, en el sur de Manhattan, e instaló equipos y una tienda azul en la entrada del edificio donde la policía busca “restos humanos, efectos personales o ropa” de Etan Patz, desaparecido en 1979 en su primera salida solo de su casa a la parada de autobús y de quien nunca más se supo nada.

El operativo conjunto de la oficina federal de investigaciones estadounidense (FBI) y la policía de Nueva York comenzó el jueves y este viernes “se efectuaban trabajos de demolición de muros y se excavaba”, dijo a la AFP un vocero del FBI, Tim Flannelly.

“Este es el segundo día. Vamos a trabajar todo el fin de semana y posiblemente la semana próxima”, afirmó el portavoz.

Un vocero de la policía neoyorquina, Paul Browne, indicó que entre 40 y 50 personas participaban en el operativo. Vehículos del FBI estaban estacionados cerca del edificio y una multitud de periodistas y curiosos esperaba noticias del otro lado de vallados metálicos.

El caso de Etan Patz conmocionó en 1979 a Estados Unidos. El rostro del niño fue uno de los primeros en aparecer en los envases de leche para alertar a la población sobre la desaparición de un menor. El 25 de mayo fue declarado “Día Nacional del Niño Desaparecido” en su honor.

Patz fue declarado formalmente muerto en 2001 y si bien nadie fue inculpado penalmente por su desaparición, su familia ganó en 2004 un juicio civil de dos millones de dólares contra José Antonio Ramos, novio de la niñera de Patz y que se encuentra actualmente en prisión por molestar a niños.

El fiscal de Manhattan, Cyrus Vance Jr, reabrió el caso hace dos años a pedido de los padres, pero hasta el momento no había informado sobre el hallazgo de nueva evidencia.

Sin embargo, el diario The New York Times indicó que existe un nuevo sospechoso en el caso, un carpintero que utilizaba el sótano del edificio allanado, llamado Othniel Miller.

Si bien las autoridades no confirmaron esta información, Miller acaba de contratar un abogado que dijo este viernes que su cliente no tenía ningún vínculo con la desaparición del pequeño Etan.

“El señor Miller niega su involucramiento en lo que sucedió a este pequeño y hermoso niño y se va a mantener cooperativo con la investigación tanto como le sea razonablemente posible”, sostuvo el letrado Michael Farkas a la prensa en la puerta de la casa de su cliente en Brooklyn (sudeste de Nueva York).

De su lado, el encargado del edificio, Steve Kuzma, señaló que Miller solía usar el sótano como taller.

“Cada vez que iba abajo, parecía haber una nueva pared. Como un laberinto. Supongo que Miller levantó esas paredes”, señaló el encargado, que definió al carpintero como “un hombre simpático” y un buen trabajador”.

Según Kuzma, la policía llevó al sótano recientemente perros entrenados para rastrear cadáveres.

El enjambre de policías, prensa y curiosos en medio de las tiendas de moda del Soho -uno de los barrios más turísticos de Manhattan y conocido por su pasado bohemio- hacían pensar en el set de filmación de una película policial de las tantas que tienen a Nueva York como escenario.

Pero el portavoz del FBI aclaró que en la vida real las cosas son diferentes al cine.

“La gente mira esas películas pero estas cosas llevan su tiempo. No se trata de que pasen 45 minutos y luego se vuele el sótano”, dijo.