El 15 de abril se conmemora el centenario de la tragedia del Titanic, aquel imponente barco que titularon de indestructibe y que, obviamente, termino en el fondo del Atlántico Norte, llevándose consigo más de mil vidas. Una desgracia que se llevó consigo a casi toda la Tercera Clase, pero que Hollywood se esmeró en convertirlo en un melodrama inter-clases-sociales.

Hoy, cien años después, se reestrenará Titanic, de James Cameron, aquella película de 1997 que tuvo a filas interminables de variopintos públicos, entre los que se destacaban las señoras y las jovencitas.

Detrás de la cámara estaba James Cameron, que para entonces era famosísimo en el cine por Terminator 2, entre otras cintas. Terminator 2. Un título alejado del gusto de las señoras, pero que impulsó (sin olvidar a otras anteriores) al desarrollo de los efectos digitales. Cameron soñó desde mucho antes con hacer la historia del RMS Titanic, pero las cosas se dan cuando deben darse. 1997 fue la fecha en que salió a la luz ese gran racconto con ingredientes melodramáticos, cursis, pero muy narrativos: la historia de dos jóvenes de distintas clases que se enamoran y que, luego de la tragedia, deben luchar por sobrevivir. A eso, le añadimos la duración de la tragedia en cuasi-tiempo-real en la película, unas escenas emotivas magistrales, y tenemos un cocido que se convirtió en el más exitoso del Siglo XX.

Todo bien. Se llevó once Oscars (menos el de guión, categoría a la que ni siquiera fue nominada). Fue ampliamente aplaudida por la crítica. Leo DiCaprio es un reconocido actor, pero que a todos se nos viene a la mente por Jack. Kate Winslet dijo que ya detesta el tema de Celine Dion “My heart will go on”. Titanic estará en todas las enciclopedias de la Historia del Cine por ser la primera que supera los 1000 millones de dólares en taquilla, y un largo etc.

Pero como Spielberg nos enseñó con Tiburón, que una película es más que sólo el estreno en salas, sino todo un aparataje comercial, regresa Titanic. Ahora en 3D. ¿Qué esperar de Titanic en 3D? Bueno, pues exactamente lo mismo de 1997, pero en 3D. ¿Necesario? No sé, tal vez por el centenario, quizás. Sacar una cajita en Blu Ray para coleccionistas, merchandising. Incluso el reestreno de la película. Pero… ¿en 3D?

Una vez leí una máxima que rezaba “Si no la puedes hacer buena, hazla en 3D”. Y puedo soportarlo, con una innumerable lista de bodrios que el 3D es lo único que los salva (especialmente del espectador comercial). ¿Pero Titanic? ¿Una película dirigida a un público que gusta de los dramones románticos? ¿En 3D? No sé. Cameron señaló que este reestreno era para las nuevas generaciones que nunca han visto Titanic en la pantalla grande. Pero hay generaciones enteras que nunca vimos los clásicos en la pantalla grande, y vivimos felices con haberlas visto en la tele.

No es un misterio el sentido de marketing de esta película. No es mi intención redescubrir la pólvora. Pero ¿Titanic? Titanic ya es un clásico, y es bueno redescubrirlos de vez en cuando, pero un melodrama tiene otros componentes relacionados con la historia, y no con el formato digital, que la convierten en narraciones atrayentes.
Iré a ver esta película en 3D. Tal vez me queje de lo innecesario que era su reestreno, y tal vez disfrute las escenas del hundmiento, pero al final del día, todos habremos hecho el favor al Señor Cameron.

En algo similar, les dejo la primera versión de Titanic, cinta alemana estrenada en 1912, poco después del accidente. Me parece que es un documento histórico (de la historia del cine) interesante de ver, si nos interesa el cine, más allá del melodrama.

http://www.youtube.com/watch?v=svuXCyDbUug

Y escenas sueltas de una cinta británica de ese mismo año, con imágenes del Titanic real y del Olympic, y protagonizada por Dorothy Gibson, una sobreviviente del Titanic.

http://youtu.be/necUK4K_fmw

Vlado Rosas es periodista egresado de la Universidad Católica de la Santísima Concepción. Tiene un máster en comunicación y educación de la Universitat Autònoma de Barcelona.