La división en la hinchada de Universidad de Chile suma un nuevo capítulo con la presentación voluntaria de miembros de un facción de la barra universitaria ante la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales de la Policía de Investigaciones por el caso “Bengalazo”, que suspendió el partido entre los azules e Iquique en febrero.

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Uno de los voceros del Movimiento Autónomo, Carlos Soto, en conversación con Bío Bío Deportes responsabilizó a los funcionarios de Azul Azul, Roberto Burgos y Cristián Flores, de ser el vínculo de la concesionaria con la barra.

“Ellos financiaban, pasaban las platas, compraban los artificios, los que pagaban los buses y además presentaban facturas con gastos inexistentes, como una que se dio en octubre, que se presentó una factura por un viaje fantasma a Brasil para un partido ante Arsenal por $3.400.000″ indicó el barrista, quien añadió que tienen en su poder las facturas de los viajes a Brasil para los juegos ante Flamengo y Vasco por Copa Sudamericana.

Soto además apuntó sus dardos al gerente de Azul Azul, Cristián Ahubert: “Las platas para la barra las pasaban ellos, los buses los contrataban ellos y tienen las facturas. Los artificios los entraban ellos, no los ingresa la barra, porque a nosotros nos revisan hasta las zapatillas cuando entramos y abren los bombos. Por eso me da risa cuando en televisión hay periodistas que acusan de que en los bombos ingresan drogas, alcohol y hasta niños”.