El régimen del presidente sirio Bashar al Asad anunció el domingo que no retirará sus tropas de las ciudades hasta que no disponga de “garantías escritas” por parte de la oposición, cuando faltan dos días para la fecha límite fijada por la ONU.

Kofi Annan, emisario especial de la ONU y de la Liga Árabe sobre Siria, reaccionó declarándose “horrorizado por las recientes informaciones sobre un aumento de la violencia y las atrocidades en varias ciudades y pueblos de Siria” y pidió de nuevo en un comunicado al gobierno sirio que cumpla con sus compromisos.

La violencia se intensificó en los últimos días a través del país, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que el sábado informó de la muerte de al menos 128 personas, 86 de ellas civiles.

Este domingo las fuerzas de seguridad seguían atacando bastiones rebeldes y luchando contra los desertores, efectuando operaciones en las provincias de Damasco, Idleb (noroeste), Alepo (norte), Deir Ezzor (este), Deraa (sur) Homs y Hama (centro), según el OSDH.

El Observatorio indicó que murieron al menos 31 personas, entre ellas doce civiles, y que unas 200 fueron arrestadas en los allanamientos efectuados en diversos puntos del país.

“Decir que Siria va a retirar sus fuerzas (armadas) de las ciudades el 10 de abril es inexacto, (el emisario internacional) Kofi Annan no ha presentado aún garantías escritas de que los grupos terroristas armados vayan a detener cualquier forma de violencia”, afirma el ministerio sirio de Relaciones Exteriores en un comunicado.

“Annan tampoco presentó compromisos escritos de los gobiernos de Catar, de Arabia Saudita y de Turquía sobre el cese de su financiación a grupos terroristas”, añade el ministerio sirio, a la vez que dice estar dispuesto a seguir cooperando con el emisario internacional.

Estos tres países han apoyado fuertemente a la oposición en los últimos meses; Arabia Saudita y Catar incluso se declararon favorables al envío de armas a los rebeldes.

El plan de salida de crisis presentado por Annan, que Damasco aceptó el 2 de abril y la ONU ratificó el jueves, prevé que el ejército se haya retirado de las ciudades el martes por la mañana para permitir un cese total de la violencia 48 horas más tarde.

“Siria no va a repetir lo que ocurrió durante la presencia de los observadores árabes, cuando las fuerzas armadas salieron de las ciudades, lo cual permitió a los grupos terroristas armados reorganizarse y rearmarse para controlar barrios enteros”, insiste el texto.

La Liga Árabe había desplegado a finales de diciembre observadores que debían supervisar la aplicación de otro plan de salida de crisis, pero tuvieron que limitarse a observar un recrudecimiento de la violencia.

La oposición siria, considerada por el régimen como “grupos terroristas armados”, se mostró por otra parte escéptica sobre las intenciones del poder.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, llamó el domingo al Consejo de Seguridad de la ONU a “intervenir urgentemente para poner fin a la catástrofe humanitaria provocada por el régimen en contra del pueblo sirio desarmado, adoptando una resolución (vinculante) bajo el artículo 7 para garantizar la defensa de civiles”, en un comunicado.

“Creer en las promesas de este régimen salvaje (…), es permitirle avanzar en su plan criminal para destrozar a Siria y causar un baño de sangre en el país”, añade el CNS.

Ante la afluencia masiva de sirios que huyen de su país, Turquía, que alberga a más de 24.500 refugiados, amenazó con tomar “medidas” si el régimen de Damasco no pone fin a la violencia en la fecha límite del martes.

En Roma, el papa Benedicto XVI rogó el domingo que “cese el derramamiento de sangre” en Siria, donde según el OSDH han muerto más de 10.000 personas desde el inicio de la revuelta contra el régimen en marzo de 2011.