El gobierno estadounidense anunció este viernes que en 2012 redujo los salarios de la jerarquía de tres grandes empresas aún bajo su control, el fabricante de automóviles General Motors (GM), la aseguradora AIG y el banco Ally.

El departamento del Tesoro indicó en un comunicado que redujo 10% en promedio respecto de 2011 los salarios (tanto en efectivo como en acciones) de 25 ejecutivos de alto nivel de cada una de las empresas.

El Tesoro no precisó la evolución de un tercer elemento de remuneración que es el otorgamiento de un número variable de acciones en función de los resultados, y que está previsto que se abone únicamente para cuando el Estado se deshaga de su participación en esas empresas.

El Estado detenta aún cerca de 30% de GM, reestructurada en 2009 a través de una declaración de quiebra, 74% del banco Ally, la ex división financiera de GM, y 77% de AIG.

La reducción de los mencionados salarios se realizó sobre todo a través de nuevas contrataciones con remuneraciones más bajas. Los cuadros dirigentes ya presentes en 2011 sólo verán reducidos sus salarios directos en 2%.

Los datos publicados por el Tesoro revelan que el director general de AIG, Robert Benmosche, cobrará este año 10,5 millones de dólares, de los cuales 3 millones de salario básico, más que sus homólogos de GM, Dan Akerson (9 millones de dólares, de los cuales 1,7 millón de salario básico) y de Ally, Michael A. Carpenter, cuyo salario se mantuvo en cero y que recibirá 8 millones de dólares en acciones.