Este miércoles se desarrolla la cuarta jornada de discusión de las tres iniciativas que despenalizan la interrupción del embarazo.

El martes se realizó la tercera jornada de discusión y en ella intervinieron 11 senadores, sin embargo, por no haberse cumplido la orden del día y quedar todavía senadores inscritos para hacer uso de la palabra, se acordó continuar este miércoles con el debate y posterior votación de los proyectos relativos a la interrupción del embarazo.

Las iniciativas que se están discutiendo en general son una moción del senador PS Fulvio Rossi y la ex senadora Evelyn Matthei que despenaliza la interrupción del embarazo por razones médicas cuando hay riesgo vital de la madre o inviabilidad del feto; otra del senador PPD Guido Girardi y el ex senador Carlos Ominami que además de esas dos causales agrega los casos de violación; y una tercera del senador PS Camilo Escalona que señala que se podrá interrumpir el embarazo, sólo con fines terapéuticos, mediante intervención médica, cuando esta sea documentada por dos médicos cirujanos.

Durante la tercera jornada de debate intervinieron los senadores Andrés Zaldívar, Juan Antonio Coloma, Baldo Prokurica, Ricardo Lagos Weber, Lily Pérez, Alberto Espina, Carlos Bianchi, Hosaín Sabag, Camilo Escalona, Francisco Chahuán y Alejandro Navarro. Además del ministro de Salud, Jaime Mañalich.

El senador Zaldívar argumentó que “toda mi vida he creído en la necesidad de respetar la vida de las personas, cualquiera sea su situación, por esto he estado en contra del aborto y estuve a favor de derogar la pena de muerte”. El parlamentario, sostuvo que presentará una indicación sustitutiva junto a los senadores Mariano Ruiz- Esquide, Jorge Pizarro, Ximena Rincón e Ignacio Walker al proyecto de su par, Camilo Escalona, sobre interrupción del embarazo en casos de riesgo comprobado para la vida de la madre.

Para el legislador cuando ocurren estos casos “no es aborto”, pero eso “la indicación abordará la psiquis”. Asimismo, expresó que las mujeres adultas pueden recurrir a la pastilla anticonceptiva de emergencia o al sistema de adopción para sus hijos, no obstante, reconoció sus dudas para los casos de las niñas violadas menores de 12 años. Acerca del aborto terapéutico para casos de embarazos inviables, el senador Zaldívar se mostró partidario de proteger a la mujer y añadió que “con la tecnología de hoy se puede comprobar dichos riesgos, cuando el feto tiene 3 a 4 meses y no es necesario que espere que se complete todo el proceso del embarazo”.

Por su parte el senador Coloma dijo estar en contra de los tres proyectos y enfatizó que “se debe respetar el derecho de la vida y en especial, del que está por nacer”; éste es el más importante y no admite excepciones. La sociedad debe defender a quienes se encuentran el vientre materno y son víctimas de acciones que buscan atentar contra su existencia”.

En tanto el senador Prokurica coincidió con su par, Coloma y aseguró que “despenalizar el aborto es oficializar la pena de muerte del ser humano que está por nacer”. El legislador subrayó que Chile se ha suscrito a innumerables tratados internacionales que reconocen la persona humana desde su concepción y que “nuestra Constitución Política asegura el derecho a la vida del que está por nacer”.

En tanto el senador del PPD Lagos Weber puntualizó que “se trata de una discusión difícil, donde no existen ni buenos ni malos; nuestros principales opositores son la ignorancia y de los perjuicios del mismo sector que durante años se opuso al divorcio, a legalizar los niños nacidos fuera del matrimonio, entre tantos otros y en los cuales hemos podidos avanzar en estas legislaciones a pesar del tiempo transcurrido”.

El legislador aseguró estar a favor de la idea de legislar de las tres iniciativas legales y de la posibilidad de presentar indicaciones en casos que sus pares “no estén de acuerdo” con algunas de sus normas.

En tanto la senadora de RN Lily Pérez San precisó estar a favor del proyecto que busca despenalizar el aborto por razones médicas y argumentó que “existe el aborto sólo cuando se trata de un afán doloso y en este caso, eso no ocurre, porque se busca salvar la vida de la mujer que está en peligro”. Sin embargo, agregó que está en contra de uno de sus artículos sobre inviabilidad fetal “esto es algo muy genérico, aunque comparto la idea para los casos de anencefalia porque se trata de la muerte cerebral, que es sinónimo indiscutible que hablamos de un ser humano que falleció”, indicó.

El senador Alberto Espina (RN) recordó que tanto “nuestra Constitución Política como en la Convención de Derechos Humanos, donde Chile respaldó el pacto San José, reconocen el derecho a la vida del que está por nacer. Por ello, no podemos disponer de esos seres, e incluso esto se aplica para los casos en que vengan con daños físicos, psíquicos o tengan muerte vegetal; es cierto que no se trata de seres humanos, pero es vida igual”.

El senador Bianchi criticó que en los tres proyectos no incluyeron “la participación vinculante de los ciudadanos, estamos teniendo una discusión forzada, que se podría haberse enriquecido más. El parlamentario anticipó su voto contrario a dichas iniciativas, aunque reconoció la necesidad de la existencia de más apoyos en el área sicológica para las mujeres que fueron embarazadas a través de una violación.

Acerca del proyecto presentado por un grupo de parlamentarios DC y que se encuentra en la Comisión de Salud del Senado para su análisis, el legislador dijo que tampoco apoyará, “aunque me hace sentido. Pero lo que plantean no innova en nada lo que existe en la actual legislación”.

El senador Sabag explicó que “mi decisión en contra está fundamentada sobre mis principios valóricos, que no corresponden a órdenes de partido, sino a una decisión personal. Creo en el derecho a la vida del que está por nacer por eso estoy en contra de los proyectos que hablan sobre aborto terapéutico porque sus conceptos se contradicen: terapéutico tiene que ver con sanar y aborto con la interrupción de la vida”.

En tanto el senador Escalona aseveró que le llaman la atención “las argumentaciones en contra del proyecto y que luego se llegue a la conclusión de que no se necesita legislar porque existe”. Recordó que por más de 25 años existió una disposición en el Código Sanitario que “hacía suya la protección del derecho a la vida de la mujer como cuestión fundamental y cuando un embarazo ponía en peligro la vida de la mujer y se interrumpía no contemplaba una sanción penal”.

Afirmó que “no existe protocolo médico que resuelva esta situación” y recalcó que “no se deben anteponer argumentaciones religiosas. El Estado tiene que cautelar las convicciones de todos y es al Estado laico al que le corresponde la protección de la vida de todos quienes forman parte de la comunidad”.

Por su parte el senador RN Francisco Chahuán reiteró la postura expresada al interior de la Comisión de Salud porque “se nos presentaron 3 proyectos de ley que se solicitaron refundir y que establecen una multiplicidad de figuras”.

Por su parte el senador del MAS, Alejandro Navarro, recordó que “hasta el año 1989 estuvo vigente en Chile el aborto con fines terapéuticos”, y que Chile junto a Nicaragua, El Salvador y El Vaticano son los únicos Estados en el mundo que no cuentan con una regulación en esta materia. Por ello, hizo hincapié en que le preocupa que después de toda esta discusión los propios parlamentarios de la Alianza anticipen que recurrirían al Tribunal Constitucional o bien que se haría efectivo el veto presidencial si el proyecto se aprobara.

Precisó que el debate que “estamos intentando tener es para obtener una ley que ya existía en Chile: el artículo 169 del Código Sanitario que establecía la posibilidad de interrumpir el embarazo solo con fines terapéuticos”.

Finalmente, el ministro de Salud, Jaime Mañalich reconoció que la discusión es compleja porque se abordan temas de autonomía y decisiones de las personas en el ámbito de la vida privada. Sin embargo, aseguró que de los textos legales en discusión se podría desprender que “se intenta crear en el sistema público de salud una nueva prestación arancelaria en Fonasa, denominada aborto”. Precisó que pese a que no existen cifras certeras de los abortos clandestinos algunos señalan que serían alrededor de 30 mil al año “los que tendrían que ser llevados al sector público generando un costo elevado para el sector público”.

Advirtió que de ser así, estas iniciativas incluso “podrían ser en su origen inadmisibles”. Asimismo descartó que en lo personal su visión contraria a aprobar estos proyectos esté influida por “sacerdotes, Papas o encíclicas” ya que a su juicio la “interrupción del embarazo es aborto y se llama así en todas partes del planeta”.

El ministro Mañalich añadió que apoyará la iniciativa legal de acompañamiento a las mujeres cuyos hijos vengan con malformaciones y anunció que se encuentran valorizando el proyecto presentado por senadores.