El primer ministro chino, Wen Jiabao, abogó POR romper el “monopolio de los grandes bancos”, que en su opinión impide que las empresas financien sus necesidades de desarrollo, en un discurso recogido este miércoles por los medios de comunicación oficiales.

“Algunos grandes bancos ocupan una posición de monopolio y solo en esos bancos se pueden obtener préstamos, en otras entidades es muy complicado”, declaró Wen.

“Lo que podemos hacer para facilitar la llegada de capitales privados al sistema financiero es fundamentalmente romper ese monopolio”, añadió.

Numerosas pymes y sociedades privadas chinas tienen dificultades para obtener créditos en bancos estatales, a pesar de las presiones de la Comisión de Regulación Bancaria (CRBC), que pidió a los bancos que financien más a las pequeñas y medianas empresas.

A menudo, las pymes deben solicitar créditos a organismo ajenos al sector bancario que prestan a intereses usurarios.

Con la desaceleración de las exportaciones, sobre todo a Europa, numerosos prestatarios han sido incapaces recientemente de hacer frente a sus reembolsos.

El Gobierno chino afirma que quiere luchar contra la usura y el mes pasado decidió crear una “zona experimental de reforma global del sector financiero” en la región de Wenzhou (este), escenario el año pasado de la fuga de varios empresarios acogotados por los intereses practicados por oficinas prestamistas clandestinas.

Dicha reforma, en esa región puntera del capitalismo privado en China desde los años ochenta, busca “acelerar el desarrollo de nuevas organizaciones financieras” favoreciendo la financiación privada en un país donde los intereses practicados por los bancos comerciales siguen dictados por el banco central y no por el mercado.

“Este proyecto piloto en Wenzhou ha tenido cierto éxito y algunos de sus componentes pueden ser aplicados inmediatamente a escala nacional”, comentó Wen Jiabao, según la transcripción de sus palabras por la radio nacional china.

A nivel nacional, los préstamos informales se evaluaron el año pasado en unos cuatro billones de yuanes (452.000 millones de euros), un 8% del total operado por los bancos o casi una décima parte del productor interior bruto (PIB) chino.