Los adversarios del presidente francés, Nicolas Sarkozy, le acusaron el miércoles de utilizar las detenciones de islamistas radicales para su campaña de reelección, cuando su principal rival, el socialista François Hollande, busca dar un nuevo empuje a su campaña.

Una nueva oleada de detenciones en los círculos islamistas estaban en curso el miércoles por la mañana, la segunda desde los asesinatos de militares y de niños judíos perpetrados entre el 11 y el 19 de marzo en la región de Toulouse (suroeste) por un joven yihadista, Mohamed Merah.

Nicolas Sarkozy, quien comparó el traumatismo causado en Francia por estos siete asesinatos con el del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, proclamó la tolerancia cero respecto a los islamistas radicales susceptibles de perpetrar actor violentos.

Las nuevas detenciones se dirigen a “individuos aislados, la mayoría con un perfil similar al de Mohamed Merah”, pero no a miembros de una red, indicó el miércoles una fuente policial. Se desarrollaron entre otros en Roubaix (norte) y en Marsella (sur).

En paralelo, trece islamistas detenidos el viernes pasado fueron inculpados por asociación ilícita con fines terroristas. Nueve ingresaron en la cárcel el miércoles.

Entre ellos se encuentra el líder de un grupúsculo disuelto Forzane Alizza (“Los Caballeros del Orgullo”), Mohammed Achamlane, en cuya casa se incautaron armas. El grupo es sospechoso de haber considerado el secuestro de un juez judío de Lyon (centroeste).

Las detenciones del viernes pasado fueron ampliamente mediatizadas. De la misma forma, el gobierno ordenó la mayor publicidad de las expulsiones de imanes radicales o el rechazo de acoger sobre el territorio francés a predicadores musulmanes, como el muy controvertido Youssef Al Qaradaoui.

Las sospechas de utilización política empezaron a hacerse públicas entre los adversarios de Nicolas Sarkozy, cuando faltan 18 días para la primera vuelta de las presidenciales, previstas el 22 de abril y el 6 de mayo.

“Las intervenciones policiales de este orden, bajo el control de la justicia, no deberían hacerse, me parece, de forma publicitaria, escenificada”, atacó el candidato centrista, François Bayron. “La seguridad y la escenificación son dos cosas diferentes”, añadió.

François Hollande, que los sondeos siguen dando como ganador en segunda vuelta, estimó por su parte que el Estado “debería o habría podido, quizás, hacer más, y más pronto”, aunque no quiso acusar a Nicolas Sarkozy de recuperación política en plena campaña electoral.

“Yo estoy por la firmeza, no por el espectáculo, y siempre me choca ver que las televisiones están allí”, afirmó sin embargo la jefa del partido socialista, Martine Aubry.

La lucha contra los islamistas violentos seguía sin embargo copando el espacio mediático, en momentos en los que Hollande busca dar un nuevo empuje a su campaña.

Durante la tarde tiene previsto en Rennes (oeste) una reunión pública muy simbólica, junto a Ségolène Royal, candidata derrocada en 2007, al igual que ex compañera de Hollande y madre de sus cuatro hijos. Pese a las discrepancias políticas y privadas, el mitin tiene como objetivo demostrar la unidad del bando socialista.

El candidato debería hablar de las prioridades que cuenta poner en marcha en los primeros años del mandato, en caso de elección.

Se trata de las 35 medidas anunciadas el miércoles por la mañana, como la reducción del salario del presidente, el bloqueo del precio de la gasolina, una modificación de la reforma de las jubilaciones o la reforma fiscal con la imposición del 75% de los ingresos de los superricos, los que superan el millón de euros por año.

Hollande trata así volver a centrar la campaña en la economía, frente al presidente saliente que apuesta por los temas de seguridad.

En primera vuelta, los dos se encuentran separados por un estrecho margen, según los sondeos, que dan ampliamente ganador a Hollande en la segunda.