Ir a la tienda de la esquina, seleccionar un robot para que nos ayude con tareas específicas y tenerlo construido en cuestión de horas podría ser pronto una realidad, según el proyecto del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) lanzado este martes.

El prestigioso MIT anunció el lanzamiento de un proyecto de cinco años y un presupuesto de 10 millones de dólares para tratar de llevar el poder de los robots a la gente de la calle.

El objetivo sería el poner a punto unas ciertas tecnologías utilizadas desde el computador personal que permitieran a “una persona sin formación informática o un (conocimiento) técnico particular el concebir, personalizar e imprimir -en tres dimensiones- un robot en espacio de unas horas”, precisa el célebre instituto estadounidense en un comunicado.

“Esta investigación imagina una nueva forma de pensar sobre la concepción y fabricación de robots, y podría tener un profundo impacto en la sociedad”, afirma la profesora Daniela Rus, autora principal del proyecto.

“Pensamos que esta aproximación tiene el potencial de transformar la producción industrial y de democratizar el acceso a los robots”, estima la investigadora del laboratorio de inteligencia artificial y ciencias informáticas del MIT (CSAIL).

“El fin es el poner a punto tecnologías que permitan a cada uno fabricar su propio robot, lo que es verdaderamente revolucionario”, añade Vijay Kumar, jefe del equipo de la Universidad de Pensilvania.

Los dos primeros diseños a considerar como prototipos son un dispositivo con forma de insecto que podría ser enviado a explorar áreas contaminadas y una extensión de un brazo que podría ayudar a las personas a agarrar objetos que están fuera de su alcance.

La idea final es crear un catálogo de diseños de robots para el hogar que los clientes podrían seleccionar en la tienda de su esquina: bastaría elegir uno y personalizar el dispositivo con papel o plástico podría ser algo realizado en 24 horas.

“Este proyecto aspira a reducir dramáticamente el tiempo de producción de una variedad de útiles robots, abriendo las puertas a potenciales aplicaciones en la industria, educación, el cuidado de salud personalizado e incluso la asistencia en caso de desastres”, explica Rob Wood, profesor asociado de la Universidad de Harvard.

La financiación de la iniciativa corre a cargo de la Fundación Nacional de Ciencias y está otorgada a un equipo que incluye investigadores del MIT, de la Universidad de Pensilvania y de la Universidad de Harvard.

Otro de los objetivos es reducir los costos crecientes relacionados con la producción de robots, un proceso largo y costoso que demanda programación avanzada, conocimientos de diseño y el uso de materiales de alta tecnología, para promover en su lugar la producción automatizada de dispositivos hechos de papeles comunes y de plásticos.

De esa forma, lo que solía llevar años de fabricación podría tomar simplemente algunas horas.

“Es realmente excitante pensar en el tipo de impacto que este trabajo podría tener en la población en general, más allá del grupo selecto de personas que trabaja en robótica”, afirma el profesor asociado Wojciech Matusik, principal investigador del CSAIL.