Un estudio científico publicado recientemente indicó que los suelos salados correspondientes a los valles secos de la región Antártica, atrapan la humedad de la atmósfera, a pesar de ser frío desierto, presentando frecuentemente zonas húmedas en épocas de primavera, sin que hayan habido lluvias o derretimiento de hielos.

La investigación planteó la posibilidad de que el proceso pueda suceder también en Marte u otros planetas, aumentando así las probabilidades de vida fuera de la Tierra.

Para esto, sólo hace falta que se combinen adecuadamente las sales del correcto tipo y la humedad suficiente, ingredientes que están presentes en varias áreas de ambos planetas.

El estudio dirigido por el Geólogo José Levy, investigador post doctorado de la Universidad de Oregón, descubrió que los suelos salinos de la región Antártica succionan humedad de la atmosfera, lo que posibilita que este mismo proceso ocurra en condiciones similares en Marte.

“Los suelos de la zona tienen una buena cantidad de sal de espuma de mar y de fiordos antiguos que inundaron la región. Las sales de los copos de nieve, también se establecen en los valles y pueden formar áreas de suelo muy salado. Con el tipo adecuado de sales y humedad suficiente, los suelos salinos succionan el agua directamente del aire”, explica Levy.

“Si se tiene cloruro de sodio, o sal de mesa, en un día con 75 por ciento de humedad, el proceso funcione. Pero si se tiene un cloruro de calcio, incluso en un día frío, solo se necesita un nivel de humedad por encima del 35 por ciento para desencadenar el proceso”, señala el geólogo e investigador.

Una vez que se ha formado en el suelo una mancha de agua muy salada a partir del vapor de la atmósfera, esa mancha permanecerá absorbiendo vapor de agua hasta que se equilibre con la atmósfera.

El proceso de descubrimiento de Levy y el equipo científico, surgió como resultado de la observación de manchas misteriosas de la tierra mojada en la Antártica y la exploración de sus causas a través de excavaciones de suelo y otros estudios, eliminando la posibilidad de aguas subterráneas, fusión de la nieve y los glaciares.

A partir de allí, se comenzó a investigar las propiedades de los suelos salinos, y al descubrir que estaciones meteorológicas habían informado de varios días de alta humedad a principios de primavera, lo que llevó al descubrimiento de la transferencia de vapor.