Lo que comentaré en el día de hoy, no deja de causarme indignación, al ver una vez más, cómo un ciudadano, una familia o grupo de personas, se sienten desvalidas y desprotegidas ante el temor de la delincuencia y de su integridad. Peor aún, cuando estos han denunciado sus problemas a la autoridad pertinente y la respuesta es nula. Parece que a muchos personeros públicos, les pesa la palabra responsabilidad y empatía.

El sábado 31 de marzo fui contactado por un grupo de vecinos de Concepción, para que interviniera por ellos ante la autoridad por el martirio que viven, a causa del Edificio Centro Mayor, colapsado por el terremoto del 27 de febrero del 2010, ubicado en calle Freire, entre Ongolmo y Orompello, en pleno centro de la capital de la región del Bío-Bío.

Se me solicitó que como periodista, conocido de una familia afectada del sector, denunciara lo que lo han soportado en 25 meses, desde que ocurrió la tragedia.

Para poder graficar un poco, me es necesario explicar que éste es uno de los 7 edificios que tienen orden de demolición, de los cuales, al menos 3 ya se ejecutó dicho dictamen.

El caso del edificio Centro Mayor es complejo. El MOP había anunciado que las obras de destrucción comenzarían en marzo de este año, pero problemas en el contrato con la empresa contratista, tiene paralizada la obra.

El caso es que el inmueble fue desvalijado en su totalidad en estos 2 años. De hecho, en las noches, según me cuenta un afectado, es común oír ruidos de taladros, sopletes, etc. de gente que ingresa a sacar artefactos de los departamentos, como por ejemplo, marcos de ventanas, canales de agua e incluso han intentado llevarse las alzaprimas, que son las que sostienen el inmueble.

Lo más grave es que en él, habitan alrededor de 30 indigentes, drogadictos y una mujer con sus facultades mentales perturbadas. En el caso de ella, tiene 2 perros rottweiler en su interior, grita toda la noche y sale desnuda por las afueras del edificio. Es decir, el show no se detiene nunca.

A las 22 horas aproximadamente del sábado 31, hubo una alarma de incendio en el lugar, donde concurrieron bomberos y carabineros. En el piso 2, producto de una fogata hecha con tablones al interior, el fuego se expandió por un dormitorio, saliendo llamaradas y una humareda hacia el exterior. La situación fue controlada oportunamente.

Esta situación colmó a una decena de vecinos. Me comentaban que el tránsito de delincuentes y drogadictos por el lugar, sobre todo en las noches, es intenso. Gritan, toman, tiran restos de cemento, tabiquería y piedras a la calle y en los techos de las casas colindantes. El miedo a sufrir asaltos, a que hagan un incendio de proporciones o de riñas al interior del edificio, los tienen angustiados.

Me comentaron que llaman a Carabineros, quienes concurren al lugar, pero al retirarse, los problemas vuelven en forma inmediata. Dejo en claro, que la responsabilidad de velar por la seguridad del recinto, excluye a la policía uniformada. Además, es un peligro para sus funcionarios tener que entrar a un edificio colapsado, de 20 pisos, oscuro y en ruinas.

Lo que me parece inaceptable es que nadie se haga cargo del asunto, pese a que los residentes denuncian los hechos. El acceso al lugar es libre. El cerco de tablones que tenía en el frente, lo derribaron los mismos delincuentes. La Municipalidad de Concepción, aunque su alcalde pueda decirme lo contrario, no ha hecho nada por solucionar el caso. Para la gente del sector, es vivir en tierra de nadie.

Ayer domingo, me comuniqué vía Twitter con el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, para denunciar lo que está sucediendo en el sector. Hice el contacto, porque el MOP es quien está a cargo de las demoliciones de los inmuebles siniestrados.

Tuve respuesta casi inmediata del Ministro, quien me explicó que su Ministerio no tiene en custodia estos edificios, sino que el tema debiera ser parte de la municipalidad penquista. Eso sí, se comprometió a ver personalmente el tema. Agradezco desde ya a Laurence Golborne por su gentileza y preocupación del caso.

En mi opinión personal, no puedo dejar de expresar, que el tiempo que se han tomado los entes responsables de la demolición de esta estructura, es demasiado. Se supone que hablamos de un peligro de desplome o derrumbe, como quieran llamarlo. Son 25 meses ya desde que ocurrió el terremoto. (El cuento judicial me lo sé de memoria, pero igual la demora es eterna).

Además, ningún órgano de Estado, llámese el MOP o la Municipalidad, toma cartas en el asunto, en cuanto a proteger a los vecinos de la delincuencia, que sí existe en el lugar. Vivimos en un país en donde todo se deja para el mañana. Terminemos con la ineficiencia de los servicios públicos, que como dice su palabra, son para servir a la comunidad.

A los responsables de esta grave situación, métanse las manos al bolsillo, cierren el perímetro que rodea al edificio, pero con una estructura sólida de fierro en altura, que no permita el ingreso al lugar. Junto a aquello, es justificable que haya guardias de seguridad en el lugar, para darle tranquilidad a la gente del sector.

Víctor Huidobro es periodista. Vive en Santiago y escribe regularmente en su blog, El Nada Serio. Tiene su cuenta de Twitter en @elnadaserio