Los presidentes de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), reunidos este lunes en Dakar, amenazaron con intervenir militarmente en Malí contra la junta golpista en el poder desde el 22 de marzo, y anunciaron un “embargo total” e inmediato.

El Consejo de Seguridad de la ONU también abordará el martes la situación en Malí, donde los islamistas y los rebeldes tuareg controlan casi todo el norte del país. Según un diplomático occidental, se espera que el Consejo adopte una declaración.

Antes del anuncio de este lunes, la fuerza de la Cedeao, que cuenta unos 2.000 militares, se encontraba ya en estado de alerta.

Tras la cumbre, el mandatario marfileño Alassane Ouattara, presidente en ejercicio del organismo, anunció que los jefes de Estado Mayor de los países de la región recibieron la orden de reunirse “esta semana en Abiyán para ver las modalidades de activación de esta fuerza”.

El presidente marfileño anunció también un “embargo total” a Malí.

“Todas las medidas diplomáticas, económicas, financieras y demás son aplicables desde hoy (lunes) y sólo se levantarán cuando el orden constitucional sea efectivamente restablecido”, declaró Ouattara tras una cumbre de la CEDEAO en Dakar en la que participaron doce jefes de Estado. “Hemos pedido que el embargo sea total por parte de todos los Estados vecinos de Malí”, subrayó.

“La situación en Malí es muy grave, es un golpe contra la democracia y un ataque a la integridad territorial de este país”, afirmó Ouattara. “No es aceptable. El regreso al orden constitucional y a la integridad territorial debe hacerse lo antes posible”.

Cuatro días antes de la cumbre de Dakar, en otra reunión en Abiyán, la Cedeao emplazó a la junta militar a restaurar el orden constitucional este lunes a más tardar, so pena de “embargo diplomático y financiero”.

La junta respondió la noche del lunes que ha “tomado nota” de las decisiones de la Cedeao.

Además reiteró su voluntad de trabajar en favor de una transición “conveniente a todas las partes” y apuntó que lo más importante para ella es “la urgencia de recuperar la integridad territorial del país, ante la crisis en la parte norte”.

El domingo, la junta prometió el regreso de un poder civil y unas elecciones en una fecha no precisada.

“Las declaraciones de la junta van en el buen sentido, pero hace falta que sea efectivo, que la junta se aparte y entregue el poder a las autoridades constitucionales reconocidas”, declaró Ouattara al respecto.

La rebelión tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA) y grupos islamistas tomaron sucesivamente desde el viernes las tres capitales regionales del norte de Malí, Kidal, Gao y Tombuctú, sin encontrar resistencia de un ejército maliense mal equipado.

Según fuentes coincidentes, Tombuctú fue tomado por los islamistas del grupo Ansar Din (Defensor del Islam) y de Al Qaida en el Magreb Islámico, que expulsaron a los rebeldes del MNLA.

Con estas tres regiones, la rebelión controla ya casi todo el norte del país, es decir la mitad del territorio.

El avance rebelde se debe tanto a la desorganización del ejército maliense, agravada por el golpe, como al armamento pesado traído de Libia por cientos de mercenarios gadafistas y ahora en manos de la rebelión tuareg y los islamistas.

La cumbre de Dakar pidió que “el gobierno legítimo que sea instaurado en los próximos días abra un diálogo con los movimientos armados”, según Ouattara.