El atentado contra la vida de Daniel Zamudio abrió una vez más el debate ciudadano y político en razón del repudio a la discriminación y su cimiento legal, el cual queda explícitamente mencionado en el artículo primero de la Constitución, que apela a la igualdad y la dignidad de todos los nacidos en Chile.

No obstante, parece que dicho escrito fundamental no resulta suficiente para un país que busca en las leyes los cambios -y también las restricciones- conductuales en la vida de las personas.

Recurrimos a las legislaciones con particular esmero, cuando las actitudes segregatorias y tantas otras podrían verse superadas con la formación, con el levantamiento de asignaturas tan importantes como la extinta Educación Cívica.

El comentario es de Nibaldo Mosciatti: