La renuncia de Rodrigo Álvarez al Ministerio de Energía ha gatillado diversas reacciones, y su dimisión a la cartera pone en entredicho la capacidad del Ejecutivo en la gestión de la crisis en Aysén.

Álvarez fue enviado como negociador a la región, sin embargo no quedó mucho espacio para tal cometido por tener que aplicar la línea dura impuesta desde La Moneda.

El cambio realizado por el Gobierno al instalar una mesa de negociaciones con los dirigentes dejó sin piso político al renunciado ministro quien, además, se vio desplazado del acuerdo final.

Revisa a continuación el comentario de Nibaldo Mosciatti:
http://youtu.be/kBoqAysDNC8