El ex jefe del FMI Dominique Strauss-Kahn fue inculpado el lunes por la noche de “proxenetismo en banda organizada” por los jueces encargados del caso llamado del hotel Carlton de Lille (norte) y puesto bajo control judicial, indicaron sus abogados y el procurador.

“Tras su audición, Dominique Strauss-Kahn fue colocado bajo control judicial con prohibición de entrar en contacto con los inculpados, las partes civiles, los testigos y cualquier medio de prensa en lo relacionado con los objetos del procedimiento”, indicó el procurador en un comunicado, que precisa que los jueces de instrucción pidieron a DSK depositar “una caución de 100.000 euros”.

Strauss-Kahn “declara con la mayor firmeza no ser culpable de ninguno de esos hechos y jamás haber tenido la más mínima idea de que las mujeres encontradas pudieran ser prostitutas”, declaró uno de su abogados, Richard Malka.

Hace un mes, al cabo de dos días de detención para investigación, recibió una convocatoria de los jueces, en el sentido de que podían inculparlo por los cargos de “complicidad de proxenetismo agravado en banda organizada” y “ocultamiento de abuso de bienes sociales”.

Inicialmente había sido convocado el 28 de marzo, pero no se dio ninguna precisión sobre los motivos que llevaron a adelantar la audición.

Los magistrados a cargo del caso tratan de determinar si Strauss-Kahn sabía o no que eran prostitutas las participantes en fiestas libertinas en las que él estuvo.

La investigación reveló que varios viajes de implicados en el caso, acompañados por prostitutas, fueron organizados y financiados por dos empresarios de la región de Lille, Fabrice Paszkowski y David Roquet.

Ambos afirmaron que no había habido ninguna contrapartida por esas fiestas, según sus abogados.

El último de esos viajes tuvo por destino Washington y duró del 11 al 13 de mayo, en vísperas de la detención de Strauss-Kahn en Nueva York por el caso Nafissatou Diallo, la empleada de hotel que lo acusó de agresión sexual.

Los dos empresarios forman parte de las ocho personas inculpadas en el caso de Lille, desencadenado por acusaciones de que directivos del hotel Carlton de esa ciudad ponían a sus clientes en contacto con prostitutas durante sus estadías en el establecimiento.