Atrás quedaron los tiempos felices en que se hablaba del proyecto estrella en salud de la ex presidenta Michelle Bachelet, cuando el Hospital de Cañete adornaba cuanto discurso político de “progreso” se daba en el 2009.

Pero Bachelet terminó su período presidencial, y en la mitad de la administración de Sebastián Piñera, la forma en que se asume la construcción del establecimiento de salud cañetino aún no reune las expectativas que tanto se alimentaron en la zona.

¡Y qué queda cuando el moderno y espectacular Hospital de Cañete se hunde, hasta 10 centímetros en determinados edificios, porque las fundaciones están mal hechas!

En este caso el terremoto del 27 de febrero 2010 fue un síntoma de una enfermedad que se había adquirido mucho antes y que los informes de Contraloría han destacado cada vez que han sido requeridos.

En julio 2011 se entregó el último de estos documentos, y resultó lapidario. Establece, entre una serie de situaciones al menos cuestionables, que no hubo una adecuada verificación a los informes de mecánica de suelo, que la fiscalización desde el relleno del terreno fue deficiente y en algunos casos hasta negligente, que las especificaciones técnicas se obviaron en trabajos claves del proyecto, que los materiales utilizados no corresponden, y etcétera, etcétera, etcétera.

Y todavía quedan muchas respuestas sin responder por las autoridades (las mismas que minimizaron la posibilidad de que esto fuera cierto), como el tema de las garantías del equipamiento comprado, que asciende a fines de enero de este año a 1.500 millones de pesos.

Vale la pena que alguien responda qué tipo de garantía tienen esos equipos especializados, tanto por desperfectos como en capacitación.

Y esto no es personal, como se ha querido establecer por algunas de estas mismas autoridades. Desgraciadamente, ha existido una política de Estado, en que a la gente de la Provincia de Arauco, hace décadas que le están dando puros discursos y artificios, como la promesa de un hospital intercultural que parece nadie se ocupa en asumir seriamente.

No amparo los errores de estas características… cuando se trabaja en la administración pública, las cosas “deben” hacerse excelentes, tanto porque se les paga muy bien para lograr óptimos resultados, como esencialmente, porque su materialización significa un cambio importante en la vida diaria de 43 mil personas de la zona.

Pero, sinceramente… ¿Cree usted que estas negligencias hubieran ocurrido en una capital regional? ¿Cree usted que un proyecto de esta envergadura y de esta necesidad habría estado entrampado tanto tiempo en estas situaciones si se tratara de un Hospital para Concepción o Santiago?

En Chile, no sólo existen ciudadanos de primera, segunda y hasta tercera categoría. La evidencia da cuenta de que hay un cuarto escalón, en el que a nadie parece importarle lo que le ocurre a determinados habitantes de nuestro país… y la Provincia de Arauco sigue dando ejemplos al respecto.

Cristián Valdebenito es periodista de Radio Bío-Bío Concepción desde el año 2006. Trabajó en el área de salud y educación, y actualmente ejerce en la unidad de Reportajes.